Catequesis del Papa: Peregrinos de la esperanza con valentía
Johan Pacheco
“Los Evangelios nos dicen claramente que los pobres y los extranjeros están entre los primeros invitados al encuentro del Dios hecho niño, el Salvador del mundo”, dice así la Catequesis del Papa Francisco preparada para la audiencia general de este miércoles 19 de febrero, pero suspendida debido a la hospitalización del Santo Padre en el Policlínico Agostino Gemelli.
El texto publicado por la Oficina de Prensa de la Santa Sede pertenece al ciclo de catequesis del Jubileo 2025, "Jesucristo, nuestra esperanza". Dedicada a la infancia de Jesús, el Papa reflexiona sobre “la visita de los Magos al Rey recién nacido”: «Vieron al niño... se postraron y lo adoraron» (Mt 2,11).
Ponerse en camino
Dice el Papa en su texto de la catequesis “que más allá de cualquier interpretación posible, son hombres que no se quedan quietos sino que, como los grandes llamados de la historia bíblica, sienten la invitación a moverse, a ponerse en camino. Son hombres que saben mirar más allá de sí mismos, saben mirar hacia arriba”.
Recuerda también el encuentro de los Reyes Magos con “la astucia de Herodes”; dice Francisco que “el poder del gobernante terrenal muestra así toda su debilidad”.
El anhelo de buscar a Dios
De igual modo, el Papa invita a que la Palabra de Dios fortalezca deseo de encontrarle: “los escribas, que saben exactamente dónde nació el Mesías, muestran el camino a los demás, ¡pero ellos mismos no se mueven! En efecto, no basta con conocer los textos proféticos para sintonizar con las frecuencias divinas, hay que dejarse excavar y permitir que la Palabra de Dios avive el anhelo de buscar, encienda el deseo de ver a Dios”.
Relata el Papa en su catequesis que la visión de la estrella para los Reyes Magos, suscitó “una alegría incontenible, porque el Espíritu Santo, que mueve el corazón de quien busca sinceramente a Dios, también lo llena de alegría”.
Peregrinos de la esperanza
Finalmente, el Papa Francisco exhorta: “pongámonos también nosotros en la escuela de los Magos, de estos «peregrinos de la esperanza» que, con gran valentía, dirigieron sus pasos, su corazón y sus bienes hacia Aquel que es la esperanza no sólo de Israel, sino de todos los pueblos. Aprendamos a adorar a Dios en su pequeñez, en su realeza que no aplasta, sino que libera y permite servir con dignidad. Y ofrezcámosle los dones más hermosos, para expresar nuestra fe y nuestro amor”.
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