El Papa: Sembrar esperanza no es decir palabras de cortesía o un buenismo dulzón
Renato Martinez – Ciudad del Vaticano
“La esperanza” son “las señales que nos van marcando el itinerario” del viaje de la vida, este fue el núcleo de , España, a quienes recibió en audiencia la mañana de este viernes, 17 de enero, en la Sala Clementina del Vaticano
No a los sitios más cómodos
A los seminaristas y formadores del Seminario Conciliar San Pelagio, el Santo Padre les propone en este Año Jubilar, tres “señales” de la esperanza que nos indican el camino de la vida. La primera señal que el Pontífice plantea es la “dirección hacia el cielo”, el que nos lleva “al encuentro definitivo con Jesús”.
“No a las primeras posiciones, no a los sitios más cómodos, esos son callejones sin salida, que si tenemos la desdicha de embocarlos debemos salir marcha atrás con trabajo y vergüenza”.
Armados con el yelmo de la esperanza
En su encuentro casi coloquial con los seminaristas, el Papa Francisco les indica una segunda señal de la esperanza que tiene que ver con “los peligros en el camino”. Para reflexionar sobre esta señal, el Pontífice les recuerda que ellos “vienen de un hermoso lugar que toma el nombre de san Pelagio y ocupa el antiguo solar del campo de los mártires”.
“Como hizo entonces ese santo niño, en medio del dolor de una guerra, de la crueldad más indigna del ser humano, armados con el yelmo de la esperanza, se puede dar testimonio, se puede perseverar en el camino del Señor, convencidos de que Jesús los sostendrá siempre y nos dará además la fuerza de ser sembradores de esperanza”.
Jesús es nuestra única esperanza
Finalmente, el Santo Padre les propuso la tercera señal, las zonas de avituallamiento. En este camino, que ahora les ha traído a Roma, a atravesar la Puerta Santa y visitar las tumbas de los apóstoles, les indicó el Papa, necesitamos ser sostenidos, sentir la presencia del que es nuestra única esperanza, Jesús.
“Él se nos presenta como Maestro, como Señor, se nos da como alimento en su palabra y en la Eucaristía, nos repara cuando pinchamos en medio de la carretera y nos acoge cuando nos vence la fatiga y debemos detenernos a hacer una pausa. Sin esa esperanza, ponernos en camino sería una locura, pero fiados en Él no tenemos dudas de que llegaremos al puerto deseado”.
Sembrar esperanza no es decir palabras de cortesía o un buenismo dulzón
Antes de invocar la ayuda del Señor para que en todo ello Jesús los sostenga y la Virgen de la Fuensanta los cuide, el Papa Francisco recordó a los seminaristas que, “no piensen nunca que sembrar esperanza es decir palabras de cortesía u optar por un buenismo dulzón”.
“Este camino es el camino de Jesús, que lleva a la Jerusalén celeste, pasando por la terrena, abrazados a la cruz, y sostenidos por infinidad de cirineos. Un camino en el que no se puede avanzar solo, sino en comunidad, guiando, defendiendo, asistiendo y bendiciendo a aquellos que el Señor nos dejó como tarea”.
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