San Buenaventura y Tomás, fuentes de luz para la Iglesia y la cultura
Alessandro Di Bussolo - Ciudad del Vaticano
San Buenaventura de Bagnoregio y Santo Tomás de Aquino "siguen representando aún hoy fuentes de luz y de inspiración para la Iglesia y para la cultura", como "luminarias" de un enfoque de la teología "en el que profundidad intelectual y vida espiritual, ciencia y sabiduría, humildad y caridad se compenetran y se alimentan mutuamente". Son maestros santos que no retuvieron los frutos de sus estudios, sino que los compartieron "con generoso celo pastoral y misionero". Así recuerda el Papa Francisco al "Doctor Seraphicus" y al "Doctor Communis" en un mensaje enviado a monseñor Vincenzo Zani, Bibliotecario y Archivista de la Santa Romana Iglesia, con ocasión de la inauguración de la exposición "El Libro y el Espíritu", dedicada a los dos Doctores de la Iglesia, montada por la Biblioteca Apostólica Vaticana del 25 de octubre al 14 de diciembre de 2024, en la Sala Kirk Kerkorian, en el primer piso del edificio sixtino.
Los vínculos de la Biblioteca con los dos santos
Una exposición para celebrar el 750 aniversario de la muerte de San Buenaventura de Bagnoregio y Santo Tomás de Aquino, con la exhibición de códices y pruebas documentales. Un acto debido a la Bav que conserva entre sus tesoros, como recuerda el Papa en su mensaje, "autógrafos, códigos de las obras y documentos relativos a la vida y actividad" del Seráfico y Angélico. El vínculo entre la Biblioteca del Papa y los dos santos, subrayó Francisco, se remonta a Sixto IV, que en 1475 "inauguró los primeros locales de la Biblioteca Vaticana coincidiendo con el segundo centenario de su muerte", y los dos están, no por casualidad, representados juntos por Ghirlandaio, en la decoración de la Biblioteca Latina, entre los grandes autores antiguos y cristianos.
Preciosas compañías de los peregrinos en su camino hacia Cristo
Poco más de un siglo después, el Papa Sixto V, que dotó a la Biblioteca de su actual sede, continúa Francisco, en un documento retomado más tarde por el Papa León XIII, asociándolas a la imagen bíblica de "los dos olivos y los dos candelabros que están ante el Señor de la tierra". Por ello, el Papa Francisco los llama "luminarias" por su aproximación al conocimiento, "en la disposición de no guardar para sí los frutos de la especulación, sino de compartirlos con generoso celo pastoral y misionero". Y habla de ellos como de "una preciosa compañía" para cada peregrino en su camino hacia Cristo.
La senda que trazan es descrito por Santo Tomás como el "camino" de la inteligencia iluminada por la fe, y por San Buenaventura como el "itinerario" de la mente, que desde la contemplación de la creación asciende hacia Dios. La referencia es a la mirada "trinitaria" que los seráficos proponen sobre las criaturas y sus relaciones, de la que habla el Papa en la encíclica Laudato si', y a la integración entre "santidad de la inteligencia" e "inteligencia de la santidad", "que se desprende ante todo del ejemplo de sus vidas".
Habrá una jornada de estudio sobre los dos Doctores
Francisco recuerda que este es "el elemento unificador que surge de la exposición", que incluye también una jornada de estudio sobre los dos Doctores, a la que están invitadas todas las Universidades y Facultades Pontificias romanas. El Papa elogia la colaboración internacional que se ha desarrollado en torno al proyecto, con la participación de la Embajada de Francia ante la Santa Sede, el Centro San Luis de Roma, la Comisión Leonina, las Universidades Pontificias Santo Tomás de Aquino (Angelicum), Antonianum y Gregoriana, y la Universidad de París I Sorbona, donde Santo Tomás y San Buenaventura se formaron como Maestros en Teología.
Las palabras de San Pablo VI y Benedicto XVI
El Pontífice cita a continuación a sus predecesores San Pablo VI, que con ocasión de la exposición similar celebrada en 1974, para el séptimo centenario de la muerte de los dos grandes Santos, definió al "Doctor Angélico" como "Luminaria de la Iglesia y del mundo entero". Además, evoca el pensamiento del Papa Benedicto XVI, estudioso del pensamiento y de la obra del Seráfico, quien, en una catequesis de 2010, recordó su elogio, compuesto por un notario papal anónimo, como "hombre bueno, afable, piadoso y misericordioso, lleno de virtudes, amado por Dios y por los hombres".
La presente exposición, situándose en esta estela, quiere contribuir a encontrar hoy lenguajes e instrumentos adecuados, para que el pensamiento de los dos "gigantes" de la doctrina católica pueda seguir difundiéndose, llegando a todos.
La felicidad eterna fruto de la sabiduría, la ciencia y la caridad
En verdad, los dos santos maestros, concluye el Papa Francisco, mirando sus dos imágenes en la Biblioteca Latina, "nos enseñan a mirar la felicidad eterna como fruto supremo de la sabiduría, de la ciencia y de la caridad, impulsándonos a hacernos peregrinos en la fe". De este modo, espera, como escribió en la Bula de indicción del Jubileo de 2025, "el testimonio creyente sea en el mundo fermento de auténtica esperanza", llama que ilumina trazando un camino.
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