El Papa pide a confesores de San Pedro que perdonen todo: “hay que perdonar no re?ir”
Mireia Bonilla – Ciudad del Vaticano
“Perdonadlo todo, todo. Háganlo siempre: ¡perdonen todo! Nosotros estamos para perdonar, otro estará para reñir”. Es esta la advertencia que ha hecho esta mañana el Pontífice a los confesores de la basílica vaticana, con quienes se ha reunido en la Sala del Consistorio del Vaticano.
El Papa les ha recordado que la presencia de ellos en la basílica vaticana es “importante” para los fieles y los peregrinos, porque si bien la gran mayoría de las cuarenta mil personas que visitan la basílica de San Pedro cada día vienen por turismo, hay muchos de ellos que vienen hasta aquí después de un largo viaje “en búsqueda de la misericordia de Dios”: “Ustedes les permiten encontrar al Señor de la misericordia en el sacramento de la Reconciliación”.
Después, el Papa ha destacado tres aspectos particulares del ministerio que llevan adelante: la humildad, la escucha y la misericordia.
Humildad
Francisco les recuerda que, para ser buenos confesores, lo primero que tienen que hacer es convertirse en “penitentes en busca de perdón, difundiendo bajo las bóvedas imponentes de la Basílica Vaticana el perfume de una oración humilde, que implora e impetra piedad”.
Escucha
Lo segundo que les pide el Papa es escuchar a todos, especialmente a los jóvenes y a los pequeños y recuerda que “escuchar no es sólo oír lo que las personas dicen, sino acoger sus palabras como don de Dios para la propia conversión”.
El Papa ha dado indicaciones claras a los confesores de San Pedro: “Escuchad, no preguntéis tanto; no seáis psiquiatras, por favor, escuchad siempre, con mansedumbre”. E insiste: “Cuanto menos habléis mejor: escuchad, consolad y perdonad. ¡Estáis ahí para perdonar!”.
Y frente a un penitente que empieza a tener alguna dificultad, porque se avergüenza, el Papa les recomienda que “aunque no hayan comprendido nada” les digan un humilde: “He comprendido”, porque no es tan importante si ustedes han comprendido o no, sino que “Dios lo ha comprendido”.
Misericordia
Por último, el tercer aspecto: la misericordia. El Papa les recuerda que, como dispensadores del perdón de Dios, es importante que sean hombres de misericordia, alegres, generosos, dispuestos a comprender y a consolar: “El confesor debe ser cercano, misericordioso y compasivo” ha concluido.
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