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El Papa en el ÁԲܲ: Que el amor gratuito de Dios nos llene y dilate el corazón

Este 9 de junio, antes de rezar la ǰó del ángelus, al comentar el Evangelio dominical el Santo Padre centró su reflexión en “la libertad de Jesús”, es decir, en su forma de “amar y de servir sin medida y sin condiciones”. De ahí, el Papa invocó a la Madre de Dios pidiendo “que nos ayude a vivir y amar como nos enseñó Jesús, en la libertad de los hijos de Dios”.

Renato Martinez – Ciudad del Vaticano

“Era el Espíritu quien lo hacía divinamente libre, es decir, capaz de amar y de servir sin medida y sin condicionamientos. Jesús era un hombre libre”. La libertad de Jesús fue el tema al centro de la reflexión del Papa Francisco en su alocución previa al rezo de la oración mariana del ángelus, de este domingo 9 de junio, ante los miles de fieles y peregrinos congregados en la Plaza de San Pedro.

Amar y servir sin medida y sin condiciones

Al comentar el Evangelio que la liturgia presenta este X Domingo del Tiempo Ordinario, el Santo Padre señaló que san Marcos nos narra que Jesús, después de iniciar su ministerio público, se encontró ante una doble reacción: la de sus familiares, que estaban preocupados y temían que se hubiera vuelto loco, y la de las autoridades religiosas, que lo acusaban de actuar movido por un espíritu maligno.

“En realidad – precisó el Pontífice – Jesús predicaba y sanaba a los enfermos con el poder del Espíritu Santo. Y precisamente el Espíritu lo hacía divinamente libre, es decir, capaz de amar y de servir sin medida y sin condiciones”.

Las características de la libertad de Jesús

Ante esta situación, el Papa Francisco invitó a detenernos un momento para contemplar la libertad de Jesús. Lo primero que el Pontífice señaló fue que Jesús era libre ante las riquezas, Jesús dejó la seguridad de su tierra para abrazar una vida pobre.

“Por eso dejó la seguridad de su pueblo, Nazaret, para abrazar una vida pobre y llena de incertidumbres, curando gratuitamente a los enfermos y a cuantos venían a pedirle ayuda, sin pedir nunca nada a cambio. La gratuidad del ministerio de Jesús y de todo ministerio”.

El Obispo de Roma también indicó que Jesús era libre frente al poder, nunca buscó el apoyo de los poderosos, sino al contrario estuvo siempre de parte de los más frágiles.

“De hecho, aunque llamó a muchos a seguirlo, nunca obligó a nadie a hacerlo, y jamás buscó el apoyo de los poderosos, sino que estuvo siempre del lado de los últimos, enseñando a sus discípulos a hacer lo mismo”.

Finalmente, el Santo Padre dijo que Jesús era libre ante la búsqueda de fama y de aprobación, nunca se dejó intimidar ni corromper por nadie.

“Por eso nunca renunció a decir la verdad, incluso a costa de no ser comprendido, de volverse impopular, hasta morir en la cruz, no se dejó intimidar, ni comprar, ni corromper por nada ni por nadie”.

Jesús era un hombre libre

En este sentido, el Papa Francisco subrayó que, esto también es importante para nosotros. De hecho, si nos dejamos condicionar por la búsqueda de placer, del poder, del dinero o de la aprobación, indicó el Papa, nos convertimos esclavos de estas cosas.

“Si, en cambio, permitimos al amor gratuito de Dios que nos llene y nos dilate el corazón, y si dejamos que desborde espontáneamente donándolo a los demás, con todo nuestro ser, sin miedos, cálculos ni condicionamientos, entonces crecemos en la libertad y difundimos su buen perfume en nuestro alrededor”.

Vivir y amar como nos enseñó Jesús

Antes de pedir que la Virgen María nos ayude a vivir y amar como nos enseñó Jesús, es decir, en la libertad de los hijos de Dios, el Santo Padre invitó a preguntarnos si somos personas verdaderamente libres:

“¿Soy una persona libre? ¿O me dejo aprisionar por los mitos del dinero, del poder y del éxito, sacrificando por ellos mi serenidad, mi paz y la de los demás? ¿Difundo, en los ambientes en los que vivo y trabajo, aire fresco de libertad, de sinceridad, de espontaneidad?”.

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09 junio 2024, 12:10

El ÁԲܲ es una ǰó recitada, en recuerdo del Misterio de la Encarnación, tres veces al día: a las seis de la mañana, a mediodía y a las seis de la tarde, momento en el que se toca la campana del ÁԲܲ.
El nombre ÁԲܲ deriva de la primera palabra de la ǰó en latín: Angelus Domini nuntiavit Mariae... La plegaria consiste en tres frases sencillas sobre la Encarnación de Jesucristo y tres Ave Marías.
El Papa recita esta ǰó junto a los fieles en la plaza de San Pedro los domingos a mediodía y en las Solemnidades. Antes, pronuncia una breve alocución basada en las Lecturas del día. Tras el rezo del ÁԲܲ, saluda a los peregrinos.
Desde el domingo de Pascua hasta el de Pentecostés, en lugar del ÁԲܲ se reza el “Regina Coeli”, ǰó que recuerda la Resurrección de Jesucristo y tras la que se recita el Gloria tres veces. 

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