Francisco: La paz comienza cada d¨ªa en la puerta de casa
Paolo Ondarza - Ciudad del Vaticano
Peregrino, hermano y amigo. Así se presentó el Papa a los cerca de 1.200 peregrinos húngaros con los que se reunió esta mañana en el Aula Pablo VI del Vaticano.
Paz que da alegría
El recuerdo se remonta al viaje apostólico de hace un año. Como entonces, Francisco señaló la paz como el camino a seguir para todos. No una paz cualquiera, sino la paz dada por Cristo en su saludo a los discípulos después de la Resurrección:
"No olvidemos, hermanos y hermanas, que la realización de este gran don comienza en el corazón de cada uno de nosotros; comienza en la puerta de mi casa cuando, antes de salir, decido si quiero vivir ese día como un hombre o una mujer de paz, es decir, vivir en paz con los demás. La paz llega cuando decido perdonar, aunque sea difícil, y esto llena mi corazón de alegría".
El agradecimiento del Papa por acoger a los refugiados ucranianos
Hablando de paz, una vez más la mirada del Obispo de Roma se dirige a los que viven al margen de la sociedad y, por supuesto, a la vecina Ucrania.
"Le doy las gracias porque tiene un corazón abierto hacia los refugiados ucranianos que han abandonado su país a causa de la guerra. Y también aprecio sus esfuerzos por integrar a quienes viven en la periferia de la sociedad".
Construir un futuro de esperanza
Francisco renueva la oración que pronunció hace un año en Budapest, "hermosa ciudad de puentes y de santos". Menciona a los santos Stejan, Ladislao, Isabel, Emeric y pide rezar por Europa, "por el deseo de construir la paz, de dar a las jóvenes generaciones un futuro de esperanza, no de guerra, un futuro lleno de cunas, no de tumbas, un mundo de hermanos, no de muros".
Proximidad, ternura, compasión: el estilo de Dios
Por ello, exhorta a todos a seguir, también en el actual contexto histórico, el ejemplo de tantos héroes de la fe que han surgido del pueblo húngaro y que han asumido el "estilo de Dios", hecho de ternura, cercanía, compasión. Entre ellos, el beato Vimos Apor que pagó con su vida su cercanía y defensa de las mujeres refugiadas, el joven sacerdote János Brener que, sin sospechar que se trataba de una trampa, movido por el celo apostólico, fue a llevar la Comunión a un supuesto enfermo y fue bárbaramente asesinado.
Buscando raíces que den una base sólida para el futuro
Mejor dar que recibir. Lo dice el Pontífice en lengua húngara - "Jobb adni mind kapni"- y nos exhorta a dar testimonio de fe "en el ecumenismo vivido, en las relaciones con el prójimo, en la acogida de la caridad también de quien es diferente, en el respeto de toda vida humana y en el cuidado responsable del medio ambiente". En efecto, es dándose como uno se encuentra a sí mismo y la vida no queda vacía. El Pontífice lo explica a los jóvenes presentes, recordándoles la importancia de las raíces.
"Todavía quiero animaros a caminar en diálogo con las generaciones que os han precedido. A hablar con vuestros abuelos, con los ancianos de vuestro pueblo; a buscar vuestras raíces, porque así pondréis una base sólida para el futuro. Cuidando vuestras raíces podréis mirar hacia adelante con confianza, fortaleciéndoos en los valores que dan vida: la familia, la unidad, la paz".
Antes de la audiencia en el Aula Pablo VI con los peregrinos húngaros, acompañados por el Primado de Hungría, cardenal Péter Erd?, y el Presidente de la Conferencia Episcopal Húngara, monseñor András Veres, el Papa Francisco recibió esta mañana en el Aula Pablo VI al Presidente de la República de Hungría, Tamás Sulyok.
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