El Papa a los seminaristas de Sevilla: Sean pastores según el Corazón de Cristo
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La vida espiritual, el estudio, la vida comunitaria y la actividad apostólica, son los cuatro aspectos señalados por el Papa Francisco como necesarios y “urgentes” para llegar a ser sacerdotes cabales. Palabras dirigidas a unos 40 seminaristas del Seminario Metropolitano y del Seminario “Redemptoris Mater” de Sevilla recibidos, este sábado, en la Sala Clementina del Palacio Apostólico, acompañados por el arzobispo José Ángel Saiz Meneses, y los directivos y formadores, quienes se encuentran en Roma para su peregrinación a la tumba del apóstol Pedro.
Una visita que el Papa agradeció, no sin antes animarlos a vivir estos días “con asombro y gratitud por el don de la fe que nos transmitieron los apóstoles”. También, una visita que realizan, como recordó Francisco, en vísperas del domingo del Buen Pastor, un día significativo como seminaristas que han recibido la llamada del Señor y que se están preparando junto a sus formadores para “ser pastores según el Corazón de Cristo”.
El camino de configuración en Jesús
El Santo Padre reiteró lo que en otras oportunidades ha subrayado sobre ese “camino de configuración con Jesús, buen pastor” que tienen que hacer los seminaristas, cuidando la vida espiritual, el estudio, la vida comunitaria y la actividad apostólica.
“Esta integración es necesaria, diría que es urgente, para llegar a ser sacerdotes cabales y responder a la vocación recibida, en la entrega total a Dios y a los hermanos, especialmente a los que más sufren”, agregó el Pontífice.
Sobre la virtud y la ciencia
El Papa amplió esta perspectiva de formación sacerdotal proponiendo la figura del beato cardenal Marcelo Spínola y Maestre, uno entre los tantos santos y pastores que ha dado la tierra andaluza recordando sus palabras.
“Este beato, maestro de sacerdotes, decía: «Virtud y ciencia son las dos cosas que deben enseñarse con preferencia a los aspirantes al sacerdocio, pues la ciencia sin virtud hincha y no edifica y la virtud sin ciencia edifica, pero no instruye»” “Esto significa – reiteró Francisco - que todo en el sacerdote —oración, estudio, fraternidad, misión— va unido”.
Manos abiertas y el corazón en Dios
El discurso del Papa concluyó con un llamado a los seminaristas para que “aprovechen bien este tiempo intenso de formación, con el corazón en Dios, con las manos abiertas y una gran sonrisa para repartir la alegría del Evangelio a cuantos se encuentren con ustedes”.
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