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Michele Raviart - Ciudad del Vaticano

"La total incompatibilidad entre cualquier organización criminal, mafia, camorra o 'ndrangheta y el Evangelio" fue reiterada por el Papa Francisco en un mensaje dirigido al rector de la Universidad Lumsa, Francesco Bonini, y a los ponentes de la conferencia "la voz de la sangre", organizada el martes 12 de diciembre en Roma para conmemorar el 30º aniversario del martirio de don Pino Puglisi, asesinado por la mafia en Palermo el 15 de septiembre frente a su casa, y el 10º aniversario de su beatificación. La iniciativa, promovida por la Universidad Lumsa junto con la Fundación vaticana Cardenal Salvatore De Giorgi, demuestra, escribe el Papa, cuánto importa el testimonio de tantos sacerdotes que, como el padre Puglisi, "cada día en escondimiento, sin buscar los reflectores, combaten el crimen sólo con una vida adherente a las enseñanzas del Evangelio".

Un testigo misericordioso del amor del Padre

"Un buen sacerdote, un testigo misericordioso del amor del Padre, en el barrio de Brancaccio, en Palermo, donde era párroco", don Puglisi "quiso alejar a su pueblo, especialmente a los jóvenes de las garras de la mafia". Por eso, desde la fuerte advertencia contra la mafia pronunciada por san Juan Pablo II en el Valle de los Templos de Agrigento el 9 de mayo de 1993, "la Iglesia no se cansará nunca de reiterar con fuerza -subrayó Francisco, recordando la homilía pronunciada en la explanada de Sibari el 21 de junio de 2014- que "quienes en su vida siguen este camino del mal, como son los mafiosos, no están en comunión con Dios: ¡están excomulgados!"

La invitación a rezar por los pueblos sin paz

El testimonio, el martirio y la sangre derramada por el padre Puglisi, concluye el Papa, "se han convertido verdaderamente en una semilla que en estos treinta años desde su muerte ha dado fruto y nos ha regalado muchas obras de bien y de paz". Esa paz, añade, "que falta a tantos hermanos nuestros que llevamos en el corazón, como las poblaciones de Ucrania, Israel y Palestina", por las que el Pontífice invita a no cansarse nunca de rezar.