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Una hora y dieciocho minutos de vuelo empleó el avión A320 de ITA Airways que llevó al Papa Francisco a Marsella. El Santo Padre aterrizó en el aeropuerto a las 16.03 hora local, y fue recibido por el Nuncio Apostólico en Francia, Monseñor Celestino Migliore, y por la primera ministra, Élisabeth Borne. Un grupo de niños en trajes tradicionales le realizó un homenaje floreal. 

Francisco se encuentra en Marsella al término de los “Encuentros del Mediterráneo”, donde se encuentran reunidos obispos católicos de los 30 países mediterráneos, junto con alcaldes y jóvenes del norte de África, de los Balcanes, de Europa latina, Mar Negro y Oriente Medio, con el objetivo de llevar las cinco orillas del Mediterráneo al diálogo para comprender juntos los grandes desafíos que hay que afrontar, para mejorar los recursos disponibles y trazar “nuevos caminos de paz y de reconciliación en los que las Iglesias están invitadas a desempeñar un papel esencial, al servicio del bien común”. 

Dos días de viaje a Marsella donde el Santo Padre llega para “promover caminos de paz, de colaboración e integración” en torno al Mediterráneo, con una “atención especial al fenómeno migratorio”, tal como él mismo explicó el domingo pasado en el Ángelus.  El evento, que se lleva a cabo con el lema “Mosaicos de esperanza”, se produce después de los dos encuentros titulados “Frontera mediterránea de la paz”, celebrados en Bari en 2020 y en Florencia en 2022, por iniciativa de la Conferencia Episcopal Italiana, entonces dirigida por el cardenal Gualtiero Bassetti. 

Saludo a los periodistas

"Espero tener el valor de decir todo lo que quiero decir": fue el deseo personal que el Santo Padre compartió con los cerca de 70 periodistas que le acompañan en su 44º viaje apostólico a Marsella. Tomando el micrófono durante el vuelo Francisco dijo: "Buenas tardes a todos y gracias por haber venido, os deseo a todos un buen trabajo. Será poco tiempo pero muchas cosas en esta ciudad que es la puerta, la ventana, lo es todo... en el Mediterráneo. Gracias".

Francisco saludó uno a uno a todos los reporteros y cámaras de los periódicos internacionales. A los que le recordaron la situación de estos días en Lampedusa y otras zonas de desembarco donde hay numerosos desembarcos de migrantes, el Papa subrayó que es una "crueldad" lo que está ocurriendo, así como una terrible "falta de humanidad". También expresó su dolor ante la foto que le mostraron de una madre migrante con su hijo, dolor por tantos como esta mujer retenida en los "lagers" de Libia y luego embarcada en pateras en el mar, expuesta a múltiples riesgos.

También rezó por el conocido artista colombiano Fernando Botero, fallecido hace unos días. La hija del artista, Lina Botero, envió al Papa un mensaje en vídeo a través de una periodista colombiana; Francisco lo vio y escuchó y luego aseguró a la familia sus oraciones.

El saludo a los periodistas en el avión

El programa del Viaje

Tras su llegada al aeropuerto se dirigirá a la Basílica de Notre Dame de la Garde (Nuestra Señora de la Guarda) donde mantendrá un momento de oración mariana con el clero diocesano pronunciando su primer discurso. Sucesivamente se trasladará – unos doscientos metros - al memorial dedicado a los marineros y migrantes perdidos en el mar para un momento de recogimiento con los líderes religiosos. Allí pronunciará su segundo discurso. 

Mañana sábado 23 de setiembre a las 8.45 de la mañana encontrará, de forma privada, a un grupo de personas en dificultad económica en la Casa de las Misioneras de la Caridad. A las diez participará en la Sesión final de los “Encuentros del Mediterráneo” en el Palais du Pharo, donde pronunciará su tercer discurso, mientras que a las 11.30 se reunirá con el presidente de la República en el mismo lugar. 

Por la tarde celebrará la Santa Misa en el Estadio Vélodrome, donde pronunciará su homilía la cual será la última intervención del Papa Francisco antes de emprender su viaje de regreso a Roma a las 19.15. La llegada al Aeropuerto Internacional Leonardo Da Vinci de Roma Fiumicino está prevista a las 20.50 horas, con traslado inmediato al Vaticano. 

La acogida oficial en el aeropuerto de Marsella