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Una imagen de la destrucción en la zona libia de Derna Una imagen de la destrucción en la zona libia de Derna  (AFP or licensors)

Dolor por la tragedia que causaron las inundaciones en Libia

En un telegrama dirigido al nuncio en la nación norteafricana, el Papa Francisco reza por los más de dos mil trescientos muertos causados por la destrucción que asoló la región oriental del país y expresa su cercanía a los supervivientes y a los equipos de rescate. Monseñor Overend, vicario apostólico de Bengasi dice que hay mucha necesidad de ayuda internacional, "dennos una mano de amistad"

Antonella Palermo – Ciudad del Vaticano

"Consuelo, fuerza y perseverancia" invoca el Papa Francisco para los afectados por la destrucción causada por las inundaciones en el este de Libia. La cercanía del Santo Padre expresada en un telegrama, firmado por el cardenal secretario de Estado Pietro Parolin, y dirigido al nuncio apostólico, monseñor Savio Hon Tai-Fai.

Cercanía espiritual del Papa

Con profundo dolor, se lee en el texto, el Papa conoció "la noticia de la inmensa pérdida de vidas" en el este del país. El Pontífice asegura sus oraciones por las almas de los fallecidos y por todos los que lloran su pérdida. También expresa "una sentida cercanía espiritual a los heridos, a quienes temen por sus seres queridos desaparecidos y al personal de emergencia que presta socorro y asistencia". Invoca bendiciones divinas de "consuelo, fortaleza y perseverancia" para todos los afectados por esta tragedia.

Diez mil desaparecidos, más de dos mil trescientas víctimas

La situación es "tan devastadora como la de Marruecos", que está haciendo frente a las secuelas del terremoto, afirma el jefe de la delegación para Libia de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, Tamer Ramadan, en una reunión informativa de la ONU en Ginebra conectado por vídeo desde Túnez.

Diez mil personas siguen desaparecidas tras las inundaciones provocadas por el huracán Daniel, que se cobró dos mil trescientas en la parte oriental del país, según un balance aún provisional. La violenta tormenta, tras haber barrido Grecia, Turquía y Bulgaria, hizo colapsar simultáneamente dos presas, liberando otros treinta y tres millones de metros cúbicos de agua.

 

Los cadáveres yacen por todas partes: en el mar, en los valles, bajo los edificios, declaró a Reuters Hichem Chkiouat, ministro de aviación civil y miembro del comité de emergencia. Una cuarta parte de la ciudad de Derna está arrasada, afirma uno de los ministros de la administración que dirige el este del país. "Entristecidos por las imágenes de la devastación en Libia, asolada por unas condiciones meteorológicas extremas que han causado la trágica pérdida de muchas vidas", escribe en X el Alto representante de la UE para la política exterior, Josep Borrell, quien añade: "La UE sigue de cerca la situación y está dispuesta a prestar su apoyo".

El vicario de Bengasi: la primera vez de una tragedia semejante

Consternación, emoción, cierto sentimiento de impotencia son evidentes en las palabras de Monseñor Sandro Overend Rigillo, vicario apostólico en Bengasi, contactado por teléfono esta mañana:

"Aquí estamos bastante tranquilos. Hubo una fuerte tormenta con bombas de agua, pero aquí no hay problemas particulares. Sin embargo, las autoridades nos han ordenado permanecer en casa durante tres días", señala. "El problema está en las montañas”.

Informa asimismo que se puso en contacto sus hermanos en Bayda, tranquilizándoles sobre su seguridad, "a pesar de que estaban muy asustados". Recuerda que "tormentas de esta magnitud en Libia son muy raras, quizá sea la primera vez que ocurre algo así".

Hay una gran necesidad de ayuda internacional

Es en Derna, a casi cinco horas en coche de Bengasi, donde se encuentra la zona más afectada por la tragedia: "La situación es devastadora. Las carreteras están bloqueadas. La ayuda llega desde Bengasi, con la Cruz Roja Libia. Necesitan mucha ayuda internacional”, afirma el prelado. Las comunicaciones son fragmentarias, intermitentes:

"Estamos haciendo todo lo posible para conseguir al menos algunas noticias. De Derna aún no hemos podido obtener información clara, salvo de la televisión y los informativos. Derna – explica – solía ser una ciudad árabe libia normal, con oficinas, hospitales donde los cristianos, por ejemplo, ejercen como enfermeros: ésta es una de las razones de nuestra presencia aquí. Ahora las cosas han cambiado drásticamente. Ciertamente la pobreza existe, como en toda Libia".

Con esta catástrofe, se espera un colapso socioeconómico para toda la región oriental, donde las comunidades cristianas suman unas dos mil quinientas personas.

“Una mano de amistad"

El llamamiento del obispo Overend es "una mano de amistad" a este pueblo. Tras el terremoto de Marruecos, subraya: "Todos somos seres humanos. El sufrimiento nos toca a cada uno, el suyo es el nuestro". El llamamiento es a la ayuda que se pueda prestar, olvidando todo lo que pueda causar miedo. Ante el sufrimiento, todo se desvanece, sólo queda la ayuda, el amor y la paz que podemos dar”.

Sus palabras son las de alguien que pide que se rompa la estigmatización más allá de las costas libias, que los prejuicios dejen paso a la solidaridad: “Aquí, la amistad es un valor muy importante en la vida cotidiana de las familias”, subraya el prelado, que cita el episodio de unos jóvenes libios que corrieron a ayudar en Derna y sus alrededores. 'Algunos, cuatro de ellos, tuvieron allí un accidente y murieron'. Una solicitud aplastada que no puede desanimar a otros.

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12 septiembre 2023, 15:16