蜜桃交友

Salvatore Cernuzio – Ciudad del Vaticano

No sólo el "derecho-deber" de atender a las personas víctimas de abusos, sino también el "derecho-deber" de denunciar y señalar estos delitos, desde hoy también cuando son cometidos por laicos en la dirección de asociaciones internacionales reconocidas por la Santa Sede.

Monseñor Charles Scicluna, arzobispo de La Valeta, secretario adjunto del Dicasterio para la Doctrina de la fe desde el 2018 pero desde siempre comprometido en la lucha contra el fenómeno de los abusos por parte del clero, ilustra la importancia de las novedades introducidas hoy por el Papa con una actualización de Vos estis lux mundi, el motu proprio promulgado en el 2019 por el que Francisco introdujo nuevas normas de procedimiento para combatir los abusos sexuales y garantizar que los obispos y superiores religiosos rindan cuentas de sus acciones.

Excelencia, ¿cuál es la principal novedad introducida en Vos estis lux mundi para facilitar una mejor aplicación a casi cuatro años de su entrada en vigor?

El primer punto fundamental es el hecho mismo de que el Papa confirma la ley promulgada en el 2019 y la confirma como ley universal de la Iglesia, ya no ad experimentum. Es una ley muy importante porque, entre otras cosas, se introducen algunos elementos nuevos en la historia del Derecho Canónico, como por ejemplo la relevancia penal del abuso de un adulto vulnerable.

Las normas se aplican ahora no sólo a clérigos y religiosos, sino también a los laicos que, según se lee, son o han sido moderadores de asociaciones internacionales reconocidas por la Sede Apostólica. ¿Se refiere esto también a los movimientos y realidades eclesiales?

Sin duda. Este inciso es una de las novedades más fuertes de esta versión de Vos estis lux mundi. Estamos en la segunda parte que da a la Iglesia un procedimiento detallado sobre la denuncia e investigación de acusaciones contra personas en el liderazgo de la Iglesia. Liderazgo que en el documento del 2019 incluye a cardenales, patriarcas, obispos y clérigos nombrados pastores en las Iglesias particulares, mientras que en el texto de hoy el Papa introduce dos nuevas categorías: los clérigos que han estado al frente de una asociación pública, clerical y con poder de incardinación, y luego los fieles laicos que han sido moderadores de asociaciones internacionales reconocidas por la Santa Sede.

En el documento se especifica que las diócesis y eparquías deben dotarse de organismos y oficinas – antes denominados genéricamente "sistemas estables" –  de fácil acceso al público para denunciar casos de abusos. También esto es un paso más. ¿A qué se debe?

Es la petición de una presencia capilar como signo de la atención de la Iglesia particular pero también de la Iglesia universal que quiere facilitar la denuncia y hacer factible lo que indica el artículo 5 sobre la atención a las personas. En efecto, el artículo en cuestión establece que las autoridades eclesiásticas deben comprometerse a que las personas que afirman haber sido ofendidas, junto con sus familias, sean tratadas con dignidad y respeto y se les ofrezca acogida, escucha y acompañamiento a través de servicios específicos de asistencia espiritual, médica, terapéutica y psicológica según el caso concreto. Por lo tanto, no sólo centros de escucha donde las personas puedan presentar una denuncia, sino también lugares donde se les facilite su atención.