Francisco invita nuevamente a no descartar a nadie
Sebastián Sansón Ferrari – Ciudad del Vaticano
“Son como el buen samaritano que se inclina para curar a los más débiles y devolverles los derechos y la dignidad que les han sido negados”. Es la expresión del Santo Padre a los participantes en . El título del evento es "No dejar a nadie atrás". Es promovido por la Asociación Italiana Amigos de Raúl Follereau (AIFO), una organización no gubernamental que lleva adelante iniciativas socio-sanitarias por los derechos de los últimos y trabaja por el desarrollo inclusivo.
El Día Mundial de la Lepra, ocasión para revisar nuestros modelos de desarrollo
El Papa les agradece su compromiso con las personas que padecen la enfermedad, a menudo olvidadas y descartadas por la sociedad. “El simposio de hoy se celebra pocos días después del 70º Día Mundial de la Lepra, iniciado por Raul Follereau en 1953 para concienciar sobre una enfermedad que muchos creían extinguida”, recuerda el Pontífice. “Lo que debería preocuparnos, hoy más que entonces, es que no solo se olvide la enfermedad, sino también a las personas”.
Francisco puntualiza que la lepra es una de las enfermedades más antiguas de la historia de la humanidad. “Lo que ni siquiera la Biblia basta para recordarnos es que el estigma asociado a la lepra sigue causando graves violaciones de los derechos humanos en diversas partes del mundo”, dice. El Sucesor de Pedro enfatiza que “no podemos olvidar a estos hermanos y hermanas nuestros. No debemos ignorar esta enfermedad, que desgraciadamente sigue afectando a tantas personas, sobre todo en los contextos sociales más pobres”.
El Obispo de Roma invita a aprovechar el Día Mundial de la Lepra como instancia oportuna para “denunciar y tratar de corregir las discriminaciones que provocan” y “renovar nuestro compromiso de construir una sociedad integradora que no deje a nadie al margen”. En efecto, remarca Francisco, “la denuncia debe ir siempre acompañada de una propuesta, como síntesis entre el bien que silenciosamente ya existe y las visiones proféticas, capaces de inspirar una caridad estructurada y una convivencia más justa”.
En este sentido, Francisco dice a los asistentes al congreso que es preciosa su contribución, así como el estímulo y la ayuda que brindan a las Iglesias locales, “para que estén al lado de los descartados y sepan acompañar activamente los procesos de inclusión y desarrollo humano integral”.
El Papa anima a preguntarnos cuál es la mejor manera de colaborar
Francisco llama a cuestionarnos sobre la manera de ayudar a las personas afectadas por la lepra, “tratándolas plenamente como personas, reconociéndolas como protagonistas principales en su lucha por participar en los derechos humanos fundamentales y vivir como miembros de pleno derecho de la comunidad”.
“Espero que esta conferencia contribuya a reunir voces de todo el mundo y a debatir las medidas que pueden adoptarse para seguir promoviendo el respeto de la dignidad humana”, añade.
Francisco manifiesta sus condolencias a los que padecen la enfermedad de Hansen y exhorta a seguir trabajando para que no les falte apoyo espiritual y asistencia sanitaria. “Que las comunidades de la cristiandad se dejen evangelizar por estos hermanos y hermanas y se pongan al frente de los esfuerzos por su plena integración”, agrega.
“Queridos amigos, que María santísima y tantos santos y santas que han servido a Cristo en las personas afectadas por la lepra los sostengan”, asevera el Papa. De corazón, el Papa los bendice y reza por ellos, también por los enfermos, sus familias y quienes los cuidan con amor. Les augura “que todos experimenten que Jesús vino para que todo hombre y toda mujer tengan vida y la tengan en abundancia” (cf. Jn 10, 10).
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