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Son las 16.36 en Baréin y en la Base Aérea de Awali, el Nuncio Apostólico, Su Majestad el rey de Baréin con algunos de sus familiares, además de autoridades civiles y religiosas reciben al Papa Francisco, que arriba tras un vuelo de 5.05 horas en un Airbus A330 de ITA Airways. Niñas ataviados con el traje tradicional esparcen pétalos de rosa, mientras el Papa y los miembros de la familia real pasan ante la Guardia de Honor y saludan a sus respectivas delegaciones para dirigirse al Salón Real de la Base, donde tiene lugar un breve encuentro privado. Presente también para recibir al Papa Francisco, el Gran Imán de al-Azhar, Ahmed el-Tayeb. Desde aquí el Pontífice es trasladado al Sakhir Royal Palace, a unos dos kilómetros de distancia, en la desértica zona de Sakhir en el Baréin Occidental, donde realiza la visita de cortesía al Rey, con el tradicional intercambio de regalos. La Ceremonia de Bienvenida tiene lugar en el atrio del Palacio, donde 21 salvas de cañón dan la acogida protocolar al visitante, y donde se llevan a cabo los himnos de cada estado ante la presencia de Autoridades políticas y religiosas, el Cuerpo Diplomático y los Representantes de la Sociedad Civil. Aquí el Papa pronunciará el primer discurso de su 39º Viaje Apostólico Internacional.
El don del Papa
El obsequio con el que el Papa Francisco quiere rendir homenaje a esta tierra y que entrega al Rey es una medalla con la imagen del Árbol de la Vida, situado en la colina más alta de Baréin y que lleva más de 400 años en un lugar árido y desértico. En la base del árbol está el símbolo de Qal'at alBahrain, un impresionante yacimiento arqueológico que fue la capital de Dilmun, una de las civilizaciones antiguas más importantes de la región. Abajo, en el centro, la estatua de Nuestra Señora de Arabia colocada en el ábside de la recién construida Catedral del mismo nombre. A la izquierda, la Catedral de Nuestra Señora de Arabia, construida en un terreno generosamente donado por el Rey Hamad bin Isa bin Salman Al-Kahalifa y cuya primera piedra fue colocada gracias al Obispo Camillo Ballin. A la derecha está la Iglesia del Sagrado Corazón, la primera iglesia católica de toda la zona del Golfo Pérsico, construida y consagrada formalmente entre 1939 y 1940. En el círculo, la inscripción en latín de la visita y en la parte inferior la fecha del Viaje Apostólico al Reino de Baréin.
El Foro de Diálogo de Baréin
Awali, lugar de arribo del Papa, está ubicado en la Gobernación del Sur de Baréin en una meseta sobre la llanura de Mughaidrat y se encuentra a unos 30 kilómetros al sur de Manama, la capital del Reino. El Baréin - "Reino de los Dos Mares" de su significado en lengua árabe - es un estado insular situado en el Golfo Pérsico, entre Arabia Saudí y Qatar. Habitado por más de un millón y medio de personas, está formado por un archipiélago de 33 islas y es de mayoría musulmana, los cristianos constituyen sólo un 15% de la población.
La visita del Papa, con motivo del Foro de Diálogo de Baréin, Oriente y Occidente por la Coexistencia humana, se desarrollará principalmente en Awali. En Manama, la capital del país, el Pontífice mantendrá el último encuentro de su agenda: la Oración con los obispos, sacerdotes, consagrados, seminaristas y agentes de pastoral del país, seguido por la oración mariana del Ángelus.
El Foro de Diálogo de Baréin, Oriente y Occidente por la Coexistencia humana se lleva a cabo con el patrocinio de Su Majestad el Rey Hamad bin Isa Al Khalifa, y en él participan numerosas personalidades intelectuales y representantes de religiones de diferentes países.
De dos días de duración, los días 3 y 4 de noviembre, se enmarca en la voluntad de Baréin de tender puentes de diálogo entre líderes de las religiones, de la cultura y medios de comunicación, en cooperación con Al Azhar, la Iglesia Católica, el Consejo de Ancianos Musulmanes y otras instituciones internacionales que se ocupan del diálogo, la convivencia humana y la tolerancia. Incluye sesiones que destacan la promoción de la convivencia mundial y la fraternidad humana, el diálogo y la coexistencia pacífica, y presentan la Declaración de Baréin como un modelo a imitar.
En las sesiones también se examina el papel de los líderes religiosos y los eruditos a la hora de abordar los desafíos de la época. El Sumo Pontífice participará en la ceremonia de clausura, este 4 de noviembre, con la plantación simbólica del Árbol de la Paz, junto con el Gran Imán de al-Azhar y Su Majestad el Rey de Baréin.
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