En el mundo se juega con misiles: No a la blasfemia de la guerra
Salvatore Cernuzio ¨C Pope
Fuego, misiles, bombas, armas, llanto, muerte, cenizas, odio. Tras dos "tremendas guerras mundiales" y una guerra fría que durante décadas "mantuvo al mundo en vilo", y mientras se libran conflictos "desastrosos" en todas partes, el mundo se encuentra de nuevo "al borde de un frágil equilibrio".
Las religiones deben entonces actuar, unirse, reunirse en nombre de ese Dios cuyo nombre es "paz" y "condenar y aislar a los violentos que abusan de su nombre", así como dejar de apoyar a los movimientos terroristas mediante el suministro de dinero, armas, cobertura mediática.
Desde la plaza Al-Fida' del Palacio Real de Sakhir, en Awali, Baréin, la voz del Papa se eleva a los cielos al lanzar un nuevo y sentido llamamiento "por el fin de la guerra en Ucrania y por unas negociaciones de paz serias".
Autoridades religiosas de todo el mundo
al concluir el Foro de Baréin para el Diálogo: Oriente y Occidente por la Convivencia Humana, el evento de diálogo patrocinado por el rey Hamad bin Isa Al Khalifa, principal motivo de la visita del Pontífice a estas tierras.
El Papa, en su segundo día en Baréin, llegó al Palacio en un Fiat 500 blanco, entre toques de trompeta y escoltado por soldados de caballería con uniforme rojo. Roja es también la alfombra que trazó el recorrido hasta el escenario al que Francisco llegó en silla de ruedas, mientras los helicópteros ondean las banderas del Reino de Baréin y de la Ciudad del Vaticano. Pero antes, de pie junto al rey, hizo el gesto simbólico de regar una planta.
Junto al Papa estaban las autoridades religiosas y civiles de todo el mundo. Estaba presente el "querido hermano" Al-Tayyeb, el Gran Imán de Al-Azhar, con quien se reunió por sexta vez, en privado, inmediatamente después del Foro. También estaba presente el otro "querido hermano", Bartolomé, el Patriarca Ecuménico de Constantinopla, unido a Jorge Mario Bergoglio por una sólida relación de estima y amistad.
La paradoja del mundo actual
El Foro se inauguró ayer con una serie de discursos, todos ellos destinados a reafirmar la voluntad común y la necesidad dictada por las urgencias del presente de tender puentes de diálogo entre los líderes de las religiones, las culturas y los medios de comunicación. Hoy le tocó el turno al Obispo de Roma quien, en un discurso largo y con mucho cuerpo, abogó por soluciones pacíficas a una crisis global, en cuya raíz hay una "paradoja":
Más divididos que unidos
Son precisamente las divisiones las que hieren al mundo de hoy: "Vivimos en tiempos en que la humanidad, conectada como nunca antes, está mucho más dividida que unida", reflexionó el Papa. E invocó la unidad, inspirándose en la etimología de su país anfitrión, Baréin, "dos mares". Como las aguas del mar", los líderes religiosos y civiles están llamados a unir tierras y pueblos. Pero siempre los "dos mares" se refieren a las aguas dulces de los manantiales submarinos y a las aguas salinas del Golfo. Así es exactamente el mundo actual:
La vía del encuentro, no la del choque
"Nosotros, en cambio ¨C dijo Francisco a los participantes en el Foro ¨Cestamos aquí juntos porque pretendemos navegar por el mismo mar, eligiendo la ruta del encuentro y no la del enfrentamiento".
Oriente y Occidente juntos por el bien de todos
En un mundo globalizado "sólo se avanza remando juntos", mientras que "navegando solo, se va a la deriva", insistió el Pontífice, e instó a ver el Documento sobre la Fraternidad Humana firmado en 2019 en Abu Dabi: "Estamos aquí, creyentes en Dios y en nuestros hermanos, para rechazar el pensamiento aislante, esa forma de ver la realidad que ignora el mar único de la humanidad para centrarse sólo en sus propias corrientes".
Otra metáfora para indicar objetivos concretos. La primera es "que las disputas entre Oriente y Occidente se recompongan para el bien de todos, sin distraer la atención de otra brecha que crece constante y dramáticamente, la que existe entre el Norte y el Sur del mundo".
Rezar para purificarse del egoísmo y la cerrazón
Los líderes de las distintas confesiones tienen un triple reto. En primer lugar, la oración, "fundamental para purificarnos del egoísmo, la cerrazón, la autorreferencialidad, la falsedad y la injusticia", dijo el Papa.
La "libertad religiosa" es indispensable
Para ello, la "libertad religiosa" es indispensable. Comprometámonos, instó el Papa, "para que los lugares de culto sean protegidos y respetados, siempre y en todo lugar, y la oración sea alentada y nunca obstaculizada". Sin embargo, "no basta con conceder permisos y reconocer la libertad de culto", subrayó, como hizo ayer en su discurso a las autoridades civiles, "hay que conseguir una verdadera libertad de religión".
Mujeres, niños, ciudadanía: los tres retos educativos
El segundo reto es la educación: "Donde hay falta de oportunidades educativas, aumenta el extremismo y se arraiga el fundamentalismo", advirtió el Papa, "si la ignorancia es el enemigo de la paz, la educación es el amigo del desarrollo". Siempre que sea una educación "no rígida y monolítica, sino abierta a los desafíos y sensible a los cambios culturales". "No basta con llamarse tolerante, es necesario hacer realmente espacio al otro, darle derechos y oportunidades", concluyó el Pontífice.
Desafíos dentro del desafío, hay tres "urgencias educativas" que el Papa señaló: "El reconocimiento de la mujer" en la educación, el trabajo y el ejercicio de los derechos sociales y políticos; "la protección de los derechos fundamentales de los niños", para que "crezcan educados, asistidos, acompañados, no destinados a vivir en las garras del hambre y el remordimiento de la violencia"; y "la educación para la ciudadanía", en el respeto y la legalidad.
Condenar y aislar a los violentos que abusan del nombre de Dios
El último de los tres retos es el que se refiere a "la acción, las fuerzas del hombre". Los religiosos rechazan "el odio, la violencia, la discordia" y todo lo que profana el nombre de Dios: "Con fuerza dicen 'no' a la blasfemia de la guerra y al uso de la violencia". "No basta ¨C insistió el Pontífice ¨C con decir que una religión es pacífica, es necesario condenar y aislar a los violentos que abusan de su nombre. Tampoco basta con distanciarse de la intolerancia y el extremismo, es necesario actuar en sentido contrario".
Oposición al rearme y a las guerras
"El hombre religioso, el hombre de paz, se opone también a la carrera por el rearme, al negocio de la guerra, al mercado de la muerte ¨C subrayó el Papa Francisco ¨C no apoya alianzas contra nadie, sino formas de encuentro con todos: sin ceder al relativismo ni al sincretismo de ningún tipo, persigue un solo camino, el de la fraternidad, el del diálogo, el de la paz¡±.
Conciencia de paz en el mundo
La invitación del Obispo de Roma es a forjar "vínculos más fuertes, sin duplicidades y sin miedo". Como hermanos, como hermanas. "Y si diversos poderosos negocian entre sí por intereses, dinero y estrategias de poder, demostremos que otra forma de encuentro es posible. Posible y necesario, porque la fuerza, las armas y el dinero nunca teñirán el futuro de paz".
Promovamos iniciativas concretas para que el camino de las grandes religiones sea cada vez más proactivo y constante, ¡que haya consciencia de paz para el mundo!
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