El primer Papa en el Reino de los dos mares se despide de µþ²¹°ù¨¦¾±²Ô
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El 39º viaje a Baréin de Francisco, el primer Pontífice que visita el Reino de los dos mares, ha llegado a su fin. El avión en el que está regresando partió a las 13:16 hora local, desde la base aérea de Sakhir, en Awali, la segunda ciudad del país y escenario de algunos de los encuentros de estos días de visita. El Papa, que llegó al aeropuerto a bordo del Fiat 500, entró apoyándose en un bastón, y fue recibido en el Salón Real por el Rey Hamad bin Isa Al Khalifa, el Príncipe heredero y primer ministro, Salman bin Hamad Al Khalifa, otros tres hijos del Rey, un sobrino y el Gran Imán de al-Azhar, Al-Tayyeb. Al igual que en la ceremonia de llegada, Francisco y los Reales saludaron a sus respectivas delegaciones.
Encuentro con un grupo de peregrinos católicos
El Papa llegó a la Base Aérea de Sakhir tras un breve descanso en la residencia que lo acogió, donde saludó al Ministro de Justicia de Baréin, al jefe del Comité de Honor y, por esta razón, presente en los actos de estos días en nombre del país. Previamente, Francisco se había reunido en una sala de la antigua iglesia del Sagrado Corazón con un grupo de unos diez peregrinos católicos de esta zona geográfica. Tras agradecerles su testimonio, en comunión con toda la Iglesia, el Papa les aconsejó no dejar de confiar en la oración y no perder el sentido del humor, "la sonrisa del corazón". El Pontífice, emocionado, les dio entonces su bendición y los saludó individualmente.
Fraternidad y paz las palabras del viaje
Fue un Boing 787 de Gulf Air el que trae a Francisco de vuelta a Roma, de donde había partido el pasado 3 de noviembre para llegar a Baréin como "hombre y peregrino de paz", como él mismo lo indicó en su primer e intenso discurso el día de su llegada. El diálogo, la fraternidad, el respeto y la paz fueron algunas de las palabras clave de este viaje apostólico, como la petición de que se dejen de usar las armas en el mundo y que se detengan las guerras en Yemen y Ucrania. El Papa dejó un país que lo acogió calurosamente y la Iglesia local fue confirmada en su fe. Está previsto que el Santo Padre llegue a Roma-Fiumicino tras un vuelo de 5 horas y 55 minutos.
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