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Las imágenes de la devastación causada por las inundaciones que azotan Pakistán desde junio no dejan indiferente. Por eso el Papa Francisco, a través de la Limosinería Apostólica, ha destinado 100 mil dólares al país que cuenta sus muertos. El balance, que aún se está actualizando, habla de más de 1300 víctimas. El mismo Limosnero Apostólico, el cardenal Konrad Krajewski, informó a Pope.

En Pakistán, la situación sigue siendo grave. Cientos de miles de personas se han visto obligadas a abandonar sus hogares, y los daños se estiman en unos 10.000 millones de dólares. La vida se ve alterada para casi 33 millones de personas de una población de 220. Las inundaciones fueron causadas por las lluvias monzónicas récord y el deshielo de los glaciares en las montañas del norte. La Organización Mundial de la Salud habló de más de 6,4 millones de personas que necesitan asistencia en las zonas inundadas. La ONU ha hecho un llamamiento a la comunidad internacional para recaudar 160 millones de dólares, y mañana el Secretario General António Guterres visitará las zonas afectadas.

"Una destrucción nunca vista y son los más pobres los que se llevan la peor parte": así se expresaba en las últimas semanas el cardenal Joseph Coutts, arzobispo emérito de Karachi, que se encontraba en Roma para la reunión del Papa con los cardenales del mundo sobre la reforma de la Curia. El cardenal había recordado la cercanía de Francisco, que también había expresado su solidaridad con el pueblo de Pakistán en el Ángelus, instando a una respuesta rápida y generosa.