El Papa: °²¹³ú²¹Âá¾±²õ³Ù¨¢²Ô, un ejemplo de civilizaci¨®n y valent¨ªa
Adriana Masotti - Ciudad del Vaticano
En su catequesis de la Audiencia General de este miércoles, el Papa Francisco repasó las principales etapas de su reciente viaje a Kazajistán para subrayar el significado de los momentos vividos y agradecer al Presidente de la República, a las autoridades, a los obispos y a todos los que colaboraron en su acogida en el país.
Kazajstán, un lugar de convivencia y encuentro
El Papa recordó que el motivo principal de su visita fue su participación en el VII Congreso de Líderes de las Religiones Mundiales y Tradicionales, promovido en la capital Nursultán por el gobierno local, que desde hace 20 años quiere presentar su país al mundo "como un lugar de encuentro y diálogo, en este caso a nivel religioso y por tanto protagonista en la promoción de la paz y la fraternidad humana".
La Declaración, fruto de un largo viaje
El Papa Francisco destaca la continuidad de la Declaración Final aprobada por el Congreso con la firmada en y señala este paso como el "fruto de un camino que comenzó desde lejos":
El no de Kazajstán a las armas nucleares
El viaje fue también una oportunidad para reunirse con las autoridades de Kazajistán y la comunidad eclesiástica, continuó Francisco, subrayando la vocación de ese país, donde conviven ciento cincuenta etnias y más de ochenta lenguas, de ser un "país de encuentro, de culturas, de lenguas"'. Una vocación, dice, que hay que fomentar y apoyar.
Una Iglesia pequeña pero llena de alegría
De la Iglesia local, el Papa destaca la alegría y el entusiasmo. Los católicos son una minoría, dice, "pero esta condición, si se vive con fe, puede dar frutos evangélicos". Y continúa señalando algunas de ellas:
Los numerosos mártires de esta Iglesia
En Kazajistán, muchos fueron los hombres y mujeres que dieron su vida por el Evangelio durante el período de persecución de la Iglesia, añade el Papa Francisco:
La Cruz de Cristo, el ancla de la salvación que nunca defrauda
Un recuerdo y una imagen más: "la explanada de la Expo 2017, rodeada de arquitectura ultramoderna" donde el Papa presidió la misa en la fiesta de la Exaltación de la Cruz.
Francisco comenta: "En un mundo en el que se entremezclan el progreso y el retroceso, la Cruz de Cristo sigue siendo el ancla de la salvación: un signo de esperanza que no defrauda porque se funda en el amor de Dios".
La reflexión del Papa concluye con la esperanza de que el camino realizado dé frutos para Kazajistán y para la vida de esa Iglesia.
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