Francisco en vuelo hacia Chipre
Amedeo Lomonaco, Cecilia Mutual - Ciudad del Vaticano
A las 11.05 horas, el Papa Francisco salió del aeropuerto internacional de Fiumicino, en Roma, con destino a Larnaca (Chipre). Esta mañana, antes de dejar la Casa Santa Marta, el Pontífice saludó a un grupo de 12 refugiados acompañados por el Limosnero Apostólico, el Cardenal Konrad Krajewski". La Oficina de Prensa de la Santa Sede informa en un comunicado que los migrantes que ahora residen en Italia proceden "de Siria, Congo, Somalia y Afganistán". Han pasado por el campo de Lesbos en los últimos años y fueron acogidos a su llegada por la Comunidad de Sant'Egidio. Entre ellos, algunos habían llegado con el Papa y estaban en el avión papal en 2016. Tras abandonar el Vaticano, el Papa -informa además la Oficina de Prensa de la Santa Sede- "se detuvo en la Parroquia de Santa María de los Ángeles, cerca del aeropuerto de Fiumicino, donde rezó ante la imagen de Nuestra Señora de Loreto". Aquí se reunió con un grupo de 15 refugiados acogidos por la parroquia.
Maria Quinto, de la Comunidad de Sant'Egidio que participa en el proyecto de los corredores humanitarios, subrayó que el Papa les pidió que rezaran por el viaje y destacó que iría a Lesbos para estar cerca de los que aún están allí.
Antes de abandonar la Casa Santa Marta, el Papa se reunió con un grupo de refugiados acompañados por el cardenal Konrad Krajewski. ¿Cómo se produjo este encuentro?
Fue una reunión muy familiar y sencilla. Estaban presentes algunas familias. Había una familia de somalíes con una madre discapacitada y tres hijos. Todas las familias venían de Lesbos, como esta mujer discapacitada que hizo el peligroso viaje en barco, llevada por sus hijos. Todos ellos llegaron a Italia a través de los corredores humanitarios. El Papa se sintió muy conmovido al escuchar sus historias. Se reunió de nuevo con la familia de un joven que llegó en el vuelo papal de 2016 desde Lesbos. Ahora está casado, tiene un hijo y está esperando el segundo. Trabaja regularmente. El Papa escuchó, con satisfacción, el camino de integración de esta familia. Todo el mundo estaba muy contento con esta reunión. Después de que el padre de familia llegara en el vuelo papal de 2016 desde Lesbos a Italia, también llegó su esposa, que vivía en el Líbano. Se reunieron y en los últimos años se ha llevado adelante un camino muy positivo acompañados por la Comunidad de Sant'Egidio.
¿Qué les dijo el Papa a los migrantes?
El Papa les pidió que rezaran por el viaje y añadió que iría una vez más a Lesbos para estar cerca de los que todavía están allí. Los refugiados quedaron muy impresionados. La experiencia de haber vivido en el campo de refugiados de Lesbos les marcó.
¿Qué le dijeron los migrantes a Francisco?
Contaron sus historias. Había personas que llevaban cinco meses en Italia, otras dos años y otra familia un año. Cada uno dijo algo sobre su viaje. Una mujer del Congo expresó su alegría por el hecho de que sus hijos pudieran ir a la escuela en Italia. Son tres niños que asisten a la escuela primaria. A continuación, una familia afgana expresó su preocupación por este momento concreto que vive su país.
Un encuentro, por tanto, en el que se repasaron las heridas y cicatrices de Lesbos pero también una mirada de esperanza dirigida, también a través de la oración, hacia el viaje del Papa Francisco a Grecia...
Sí, a través de la oración y de este camino acompañado de la integración, como ha subrayado Francisco en varias ocasiones, porque es importante convivir de manera constructiva en las comunidades de acogida.
Un viaje para vivir y narrar
Periodistas de todo el mundo llegaron al aeropuerto de Fiumicino. Por primera vez -recuerda Massimiliano Menichetti, responsable de Radio Vaticano y Pope- el vuelo papal se confió a la nueva compañía aérea nacional italiana, Ita Airways. Los periodistas en el sequito después de las operaciones de embarque, que se han hecho más complejas por la normativa anti-Covid, transmitirán las palabras del Papa Francisco durante su 35º viaje apostólico del 2 al 6 de diciembre a Chipre, país dividido desde 1974, y a Grecia, donde la emergencia migratoria interpela a Europa y a los países del Mediterráneo. Massimiliano Menichetti destaca que "el Papa será un peregrino en lugares bendecidos por la historia, la cultura y el Evangelio, como recordó el mismo Papa". Y "seguirá caminando en el surco del diálogo ecuménico".
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