Papa Francisco: Que el íԴ se restablezca, es una promesa por la que luchar
Ciudad del Vaticano
El Líbano es "un mensaje, y también una promesa, por la que luchar". Lo dijo el Papa al recibir esta mañana en el Vaticano al Primer Ministro del Líbano, Najib Mikati. El Pontífice ha recordado los difíciles acontecimientos en el País de los Cedros, asegurando su oración, su cercanía y su trabajo, para que tome forma un esfuerzo común que ayude al Líbano a restablecerse. A continuación, citó el pasaje del Evangelio en el que Jesús va a casa de Jairo y, tomando a su hija muerta de la mano, le dice: "¡Levántate!". Y añadió: "Señor Dios, toma al Líbano de la mano y dile: ¡Levántate!". Por último, invitó a los presentes a un momento de oración silenciosa.
Crisis y convivencia pacífica
A continuación, el Primer Ministro se reunió con el cardenal secretario de Estado Pietro Parolin, acompañado por monseñor Paul Richard Gallagher, secretario para las relaciones con los Estados. "Durante las cordiales conversaciones se destacaron las relaciones históricas entre la Santa Sede y el Líbano y el importante papel que desempeña la Iglesia católica en el país", señala un comunicado de prensa emitido por la Oficina de Prensa de la Santa Sede. Se hizo referencia a la situación actual que vive el pueblo libanés, especialmente en lo que se refiere a la crisis política y a las condiciones socioeconómicas, esperando que la justicia, las reformas necesarias y el apoyo de la comunidad internacional contribuyan a restablecer la suerte del País de los Cedros. Por último, "al reiterar la importancia de promover el concepto de ciudadanía plena para todos los libaneses", concluye el comunicado, "se hizo hincapié en la importancia de la coexistencia pacífica, para que el Líbano siga siendo un mensaje de paz y hermandad que se eleva desde Oriente Medio".
Los dones
En el tradicional intercambio de regalos, el Primer Ministro libanés ofreció al Papa un ladrillo de la iglesia melquita de San Salvador, gravemente dañada en la explosión del 4 de agosto del año pasado. Por su parte, el Papa Francisco entregó al primer ministro, además de algunos documentos papales, una fundición de bronce que representa a los trabajadores ocupados en la viña y que lleva la inscripción: "Que el fruto de la vid y del trabajo del hombre se convierta para nosotros en una bebida de salvación".
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