El Papa: S¨ªnodo, es el modo de ser de la Iglesia. Escuchar al Esp¨ªritu y a los hermanos
Ciudad del Vaticano
¡°Estoy seguro de que el Espíritu nos guiará y nos dará la gracia para seguir adelante juntos, para escucharnos recíprocamente y para comenzar un discernimiento de nuestro tiempo, siendo solidarios con las fatigas y los deseos de la humanidad¡±, con estas palabras el Papa Francisco inició su mensaje a los participantes en el Momento de Reflexión previo a la apertura oficial del Sínodo, que tendrá lugar el 10 de octubre próximo.
¡°Estamos llamados a la unidad¡±
Francisco subrayó al inicio de su mensaje que ¡°Estamos llamados a la unidad, a la comunión y a la fraternidad (¡) Por eso, caminamos juntos en el único Pueblo de Dios, para hacer experiencia de una Iglesia que recibe y vive el don de la unidad, y que se abre a la voz del Espíritu¡±.
Comunión, participación y misión
¡°Las palabras clave del Sínodo son tres: comunión, participación y misión¡±, indicó Francisco. Comunión y misión son expresiones teológicas que designan el misterio de la Iglesia, la naturaleza misma de la Iglesia. Ésta ¡°ha recibido «la misión de anunciar el reino de Cristo y de Dios e instaurarlo en todos los pueblos, y constituye en la tierra el germen y el principio de ese reino» (Lumen gentium, 5)¡±.
A través de la comunión y de la misión, la Iglesia ¡°contempla e imita la vida de la Santísima Trinidad, misterio de comunión ad intra y fuente de misión ad extra¡±, insiste Francisco.
Francisco recordando a san Juan Pablo II dijo que él ¡°quiso reafirmar que la naturaleza de la Iglesia es la koinonia; de ella surge la misión de ser signo de la íntima unión de la familia humana con Dios¡±, y para que los sínodos sean fructíferos deben estar bien preparados y ¡°es preciso que en las Iglesias locales se trabaje en su preparación con la participación de todos¡±.
El Papa insiste en la importancia de la participación como mecanismo para una auténtica praxis sinodal en la Iglesia: ¡°Si no se cultiva una praxis eclesial que exprese la sinodalidad de manera concreta a cada paso del camino y del obrar, promoviendo la implicación real de todos y cada uno, la comunión y la misión corren el peligro de quedarse como términos un poco abstractos¡±.
El Sínodo. Riesgos y oportunidades
El papa Francisco señala que el Sínodo es una gran oportunidad ¡°para una conversión pastoral en clave misionera y también ecuménica¡±; sin embargo, ¡°no está exento de algunos riesgos¡±: el formalismo, el intelectualismo y el inmovilismo.
El Papa subraya el peligro de reducir el sínodo a un acto formal, pero sin ¡°sustancia¡±. Necesitamos, dice, ¡°los instrumentos y las estructuras que favorezcan el diálogo y la interacción en el Pueblo de Dios, sobre todo entre los sacerdotes y los laicos¡±.
Para hacer posible esto, se hace necesario transformar, insiste Francisco, ¡°ciertas visiones verticalistas, distorsionadas y parciales de la Iglesia, del ministerio presbiteral, del papel de los laicos, de las responsabilidades eclesiales, de los roles de gobierno¡±.
El segundo riesgo es el intelectualismo, que puede convertir el Sínodo en ¡°una especie de grupo de estudio¡±. Este hecho, añade el Papa, puede alejarnos ¡°de la realidad del Pueblo santo de Dios y de la vida concreta de las comunidades dispersas por el mundo¡±.
Por último, dice Francisco, ¡°puede surgir la tentación del inmovilismo. Es mejor no cambiar, puesto que «siempre se ha hecho así»¡± y añade que ¡°El riesgo es que al final se adopten soluciones viejas para problemas nuevos¡±.
Un tiempo de gracia
¡°Vivamos esta ocasión de encuentro, escucha y reflexión como un tiempo de gracia que, en la alegría del Evangelio¡±, dice el Papa, y así captar tres oportunidades: la primera, ¡°encaminarnos estructuralmente hacia una Iglesia sinodal¡±, que sea un ¡°lugar abierto donde todos se sientan en casa y puedan participar¡±.
La segunda oportunidad es ¡°ser Iglesia de la escucha (¡) Escuchar el Espíritu en la adoración y la oración, escuchar a los hermanos y hermanas acerca de las esperanzas y las crisis de la fe en las diversas partes del mundo, las urgencias de renovación de la vida pastoral y las señales que provienen de las realidades locales¡±, dice Francisco.
Finalmente, la tercera oportunidad es ¡°ser una Iglesia de la cercanía¡±, con su presencia, que sea una Iglesia ¡°que no se separa de la vida, sino que se hace cargo de las fragilidades y las pobrezas de nuestro tiempo, curando las heridas y sanando los corazones quebrantados con el bálsamo de Dios¡±.
El Papa invitó a los asistentes a considerar el Sínodo como ¡°un tiempo habitado por el Espíritu (¡) porque tenemos necesidad del Espíritu, del aliento siempre nuevo de Dios, que libera de toda cerrazón, revive lo que está muerto, desata las cadenas y difunde la alegría. El Espíritu Santo es Aquel que nos guía hacia donde Dios quiere, y no hacia donde nos llevarían nuestras ideas y nuestros gustos personales¡±.
El Papa finalizó su alocución invocando al Espíritu Santo:
Ven, Espíritu Santo. Tú que suscitas lenguas nuevas y pones en los labios palabras de vida, líbranos de convertirnos en una Iglesia de museo, hermosa pero muda, con mucho pasado y poco futuro. Ven en medio nuestro, para que en la experiencia sinodal no nos dejemos abrumar por el desencanto, no diluyamos la profecía, no terminemos por reducirlo todo a discusiones estériles. Ven, Espíritu de amor, dispón nuestros corazones a la escucha. Ven, Espíritu de santidad, renueva al santo Pueblo de Dios. Ven, Espíritu creador, renueva la faz de la tierra.
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