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Gabriella Ceraso - Ciudad del Vaticano

La noche de este viernes, 10 de septiembre, el Papa acudió a la Basílica de Santa María La Mayor para rezar ante el icono de la Virgen Salus Populi Romani: un acto de confianza que siempre precede a la salida del Papa en sus viajes al extranjero. Por lo tanto, tal y como indica la Oficina de Prensa del Vaticano, el momento de oración fue también de preparación para la peregrinación que comienza mañana, 12 de septiembre, y termina el miércoles 15.

En la capilla Borghese, que custodia el icono de la Virgen con el Niño en brazos – la Salvación del pueblo romano que se ha encomendado a ella en cada momento de dificultad – el Papa Francisco depositó primero un ramo de flores en el altar y luego se recogió en oración.

La Virgen guiará el 34º Viaje Apostólico, "una peregrinación en el corazón de Europa" entre Hungría y Eslovaquia, pero sobre todo "un viaje espiritual", que comienza con la adoración de la Eucaristía y concluye con la oración a la Virgen de los Dolores. De hecho, el Papa Francisco llegará a Budapest el domingo por la mañana para la celebración Eucarística de clausura del Congreso Eucarístico Internacional y luego se trasladará a Eslovaquia, a la capital Bratislava, y después a Pre?ov, Ko?ice y, finalmente, a ?a?tin, donde celebrará la Misa de clausura en el Santuario Nacional Mariano dedicado hace 250 años a la Virgen a la que la tradición popular atribuye el título de "Nuestra Señora de los Siete Dolores". Desde allí, el 15 de septiembre, regresará a Roma a primera hora de la tarde.

El Papa confía en las oraciones de los fieles, pedidas por Francisco en el Ángelus del pasado domingo, pero también en la intercesión de "muchos confesores heroicos de la Fe, que dieron testimonio del Evangelio en esos lugares en medio de la hostilidad y la persecución". Sus historias de martirio, pero también una mirada al futuro de la misión de evangelización, son los ejes de esta esperada peregrinación.