El Papa en la audiencia general: el futuro ser¨¢ de esperanza si ser¨¢ juntos
Ciudad del Vaticano
Una peregrinación de oración, una peregrinación a las raíces, una peregrinación de esperanza: así definió el Papa Francisco su reciente viaje apostólico a Budapest y Eslovaquia, terminado hace exactamente una semana, al que dedicó su catequesis de la audiencia general de este cuarto miércoles de septiembre.
Dirigiéndose a los fieles presentes en el Aula Pablo VI, el Santo Padre explicó los diversos aspectos de su peregrinación, que comenzó con la primera etapa en Budapest para la celebración de la Santa Misa conclusiva del Congreso Eucarístico Internacional, aplazada exactamente un año debido a la pandemia.
¡°La oración comenzó en Budapest, en la Misa de clausura del Congreso Eucarístico Internacional, con la adoración a Jesús Sacramentado, y se concluyó con la Fiesta de la Virgen Dolorosa en ?a?tin¡±, dijo el Papa en nuestro idioma.
Explayándose en su catequesis en italiano, recordó la gran participación del pueblo santo de Dios, en el día del Señor, reunido ante el misterio de la Eucaristía en la Misa de Clausura del Congreso Eucarístico Internacional:
Era abrazado por la Cruz que sobresalía sobre el altar, mostrando la misma dirección indicada por la Eucaristía, es decir la vía del amor humilde y desinteresado, del amor generoso y respetuoso hacia todos, de la vía de la fe que purifica de la mundanidad y conduce a la esencialidad. Esta fe siempre nos purifica y nos aleja de la mundanidad que nos arruina, a todos: es una carcoma que nos arruina por dentro.
Una peregrinación de oración en el corazón de Europa
Fue una ¡°peregrinación de oración en el corazón de Europa, iniciada con la adoración y concluida con la piedad popular¡±, afirmó el Pontífice y añadiendo que su peregrinación de ¡°escucha¡± concluyó en Eslovaquia en la Fiesta de María Dolorosa¡± en ?a?tín, indicó:
La importancia de la memoria
¡°No hay oración sin memoria¡±, afirmó a continuación el Santo Padre, recordando el encuentro con ¡°un pueblo fiel, que sufrió la persecución ateísta. Lo vi también en los rostros de nuestros hermanos y hermanas judíos con los cuales recordamos la Shoah¡±.
No hay oración sin memoria. ¿Qué significa esto? Significa que cuando rezamos, debemos recordar nuestra propia vida, la vida de nuestro pueblo, la vida de tantas personas que nos acompañan en la ciudad, en el pueblo, cual ha sido la historia...
Una peregrinación a las raíces
El segundo aspecto subrayado por Francisco fue el ¡°recuerdo agradecido de estas raíces de fe y de vida cristiana, vívido en el ejemplo luminoso de testigos de la fe, como los cardenales Mindszenty y Korec, como el beato obispo Pavel Peter Gojdi?. Raíces que descienden en profundidad hasta el siglo IX, hasta la obra evangelizadora de los santos hermanos Cirilo y Metodio, que han acompañado este viaje como una presencia constante¡±.
La esperanza de los jóvenes y de quienes se ocupan del prójimo
La esperanza es el tercer aspecto de este viaje, afirmó el Papa. Esperanza que Francisco encontró ¡°en los ojos de los jóvenes, en el inolvidable encuentro en el estadio de Ko?ice¡±. ¡°Un signo fuerte y alentador, también gracias a la presencia de numerosas parejas jóvenes, con sus hijos¡±, en este tiempo de pandemia.
Como fuerte y profético es el testimonio de la beata Anna Kolesárová, joven eslovaca que a costa de su vida defendió la propia virginidad contra la violencia: un testimonio más actual que nunca, lamentablemente, porque la violencia sobre las mujeres es una llaga abierta.
Esperanza que el Santo Padre tuvo ocasión de ver también en tantas personas que ¡°silenciosamente, se ocupan y se preocupan del prójimo¡±:
Pienso en las Hermanas Misioneras de la Caridad del Centro Belén en Bratislava, que acoge a personas sin hogar. Pienso en la comunidad gitana y en los que se comprometen con ellos por un camino de fraternidad y de inclusión. Fue conmovedor compartir la fiesta de la comunidad gitana: una fiesta sencilla, que sabía a Evangelio.
Una ¡°esperanza¡± que se hace concreta ¡°solo si se declina con otra palabra: juntos¡±, precisó el Obispo de Roma:
En Budapest y en Eslovaquia nos hemos encontrado juntos con los diferentes ritos de la Iglesia católica, juntos con los hermanos de otras confesiones cristianas, juntos con los hermanos judíos, juntos con los creyentes de otras religiones, juntos con los más débiles. Este es el camino, porque el futuro será de esperanza si será juntos.
El corazón del Papa colmo de agradecimiento
Después de este viaje, en mi corazón hay un gran ¡°gracias¡±, concluyó el Papa. Un gracias que Francisco dirigió a los obispos y a las autoridades civiles; al Presidente de Hungría y a la Presidenta de Eslovaquia, a todos los colaboradores en la organización; a los muchos voluntarios; a cada uno de los que han rezado. Con una petición final:
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