El Papa a 箩贸惫别苍别蝉 en Medjugorje: tened el coraje de seguir a Cristo
Mireia Bonilla 鈥 Ciudad del Vaticano
El Papa Francisco ha enviado un mensaje a los participantes del Festival de la Juventud que se celebra todos los años en Medjugorje, un pequeño pueblo ubicado en la parte suroccidental de Bosnia y Herzegovina. Se trata 鈥 tal y como lo ha definido el Papa 鈥 de 鈥渦na semana intensa de oración y encuentro con Jesucristo, especialmente en su Palabra viva, en la Eucaristía, en la adoración y en el Sacramento de la Reconciliación鈥. Además 鈥 dice 鈥 鈥渆s un acontecimiento que tiene el poder de ponernos en camino hacia el Señor鈥.
Las 3 etapas hacia la vida eterna
El Papa recuerda la palabra guía del Festival de este año, y que es precisamente la pregunta que el joven rico del que nos hablan los Evangelios sinópticos hizo a Jesús: "¿Qué debo hacer para heredar la vida eterna? 鈥淓s una palabra que nos pone ante el Señor; y él fija su mirada en nosotros, nos ama y nos invita: "¡Ven! Sígueme鈥濃 dice el Papa. Después, Francisco se centra en este pasaje del Evangelio sobre el joven rico, del cual el Evangelio no nos dice su nombre, 鈥渓o que sugiere que puede representar a cada uno de nosotros鈥 dice el Papa.
Ante la pregunta del joven rico, Jesús, para ayudarle a acceder a la fuente del bien y de la verdadera felicidad, le indica tres pasos que debe dar:
Primero: aprender a hacer el bien con el prójimo
El Pontífice invita a los jóvenes, en primer lugar, a "observar los mandamientos" si quieren entrar en la vida. Jesús, explica el Papa, devuelve al joven a la vida terrenal y le muestra el camino para heredar la vida eterna, es decir, el amor concreto al prójimo, pero el joven responde que siempre lo ha hecho y que se ha dado cuenta de que no basta con seguir los preceptos para ser feliz. Entonces Jesús 鈥 continúa Francisco 鈥 le dirigió una mirada llena de amor鈥.
Segundo: pasar de la lógica del "mérito" a la del don
鈥淛esús también comprende cuál es la debilidad de su interlocutor: está demasiado apegado a los muchos bienes materiales que posee鈥 dice el Papa, por eso, el Señor le propone un segundo paso a dar, 鈥渆l de pasar de la lógica del "mérito" a la del don: "Si quieres ser perfecto, ve, vende lo que tienes, dáselo a los pobres y tendrás un tesoro en el cielo"鈥. El Papa explica que se trata de una llamada 鈥渁 una mayor madurez, a pasar de los preceptos observados para obtener recompensas al amor libre y total鈥. 鈥淟o que Jesús propone 鈥 dice 鈥 no es tanto un hombre despojado de todo como un hombre libre y rico en relaciones鈥. De hecho, dice, 鈥渟i el corazón está atestado de posesiones, el Señor y el prójimo se convierten en una cosa entre otras鈥, pues el tener demasiado y el querer demasiado 鈥 insiste el Papa 鈥 鈥渁sfixian nuestro corazón y nos hacen infelices e incapaces de amar鈥.
Tercero: la imitación, "¡Ven! Sígueme"
El tercer paso que el Papa propone a los jóvenes es 鈥渟eguir a Cristo鈥: 鈥渘o es una pérdida 鈥 dice el Papa 鈥 sino una ganancia incalculable, mientras que la renuncia se refiere al obstáculo que impide el camino鈥.
Ese joven rico, sin embargo, tiene su corazón dividido entre dos amos: Dios y el dinero. El miedo a arriesgarse y a perder sus posesiones le hizo volver a casa triste. No había dudado en plantear la pregunta decisiva, pero no encontró el valor de aceptar la respuesta, que es la propuesta de "desatarse" de sí mismo y de sus riquezas para "atarse" a Cristo, para caminar con él y descubrir la verdadera felicidad.
鈥淗oy, Jesús también os dice a cada uno de vosotros al igual que al joven rico: "¡Venid! Sígueme" asegura el Papa. De ahí su invitación a 鈥渢ener el valor de vivir vuestra juventud confiando en el Señor y poniéndoos en camino con él, dejarse conquistar por su mirada de amor que nos libera de la seducción de los ídolos, de las falsas riquezas que prometen la vida, pero traen la muerte y a no tener miedo de acoger la Palabra de Cristo y aceptar su llamada鈥. 鈥淣o os desaniméis como el joven rico del Evangelio鈥 puntualiza Francisco, 鈥渆n cambio, fijad vuestra mirada en María, el gran modelo de la imitación de Cristo, y encomendaos a ella que, con su "aquí estoy", respondió sin reservas a la llamada del Señor鈥.
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