Siria: una tierra y un pueblo en el corazón de los Papas
Amedeo Lomonaco - Ciudad del Vaticano
Siria se prepara para vivir el décimo aniversario del conflicto, que estalló el 15 de marzo de 2011. El balance es muy elevado: más de 400.000 víctimas, 12 millones de desplazados y 12,4 millones de personas, equivalentes al 60% de la población, afectadas por la inseguridad alimentaria. En esa oscuridad se busca la luz de la auténtica paz.
El camino de la paz
"La paz no exige vencedores ni vencidos, sino hermanos y hermanas que, a pesar de las incomprensiones y las heridas del pasado, se encaminan del conflicto a la unidad. Pidámoslo en la oración para todo Oriente Medio, pienso en particular en la vecina y martirizada Siria". El camino hacia la paz no es posible sin "compartir y acoger". Se condensa en estas palabras la más grande esperanza para Siria, expresada el pasado 6 de marzo por el Papa Francisco durante el , en Iraq, en la tierra de Abraham. En la conferencia de prensa de dos días después, el 8 de marzo, durante , Francisco recordó el sufrimiento del pueblo sirio. Agradeció en particular a los países generosos, entre ellos el Líbano, que acogen a los migrantes y se remontó con su recuerdo a la vigilia de oración por Siria del 7 de septiembre de 2013. "Recuerdo al inicio del pontificado aquella tarde de oración en la plaza de San Pedro, había adoración al Santísimo, se rezaba el rosario.... Pero cuántos musulmanes, cuántos musulmanes con alfombras rezaban con nosotros por la paz en Siria, para detener los bombardeos, en ese momento en el que se decía que tendría lugar un bombardeo feroz. Llevo a Siria en mi corazón".
Fraternidad para Siria y para el mundo
El diálogo y la fraternidad son las vías que hay que emprender para erradicar el flagelo de la guerra. En el , el Papa recordó a la "amada y martirizada Siria" y renovó un sentido llamamiento "a la comunidad internacional y a todos los actores implicados para que hagan uso de los instrumentos diplomáticos, del diálogo y de las negociaciones, en el respeto del Derecho humanitario internacional, para salvaguardar la vida y el destino de los civiles." También en 2020, durante su visita a Bari con ocasión del Encuentro sobre el Mediterráneo como frontera de la paz, el Pontífice lanzó en el un nuevo llamamiento por Siria.
En 2019, el Papa Francisco recuerda el drama de Siria en un i. "La fraternidad humana nos exige como representantes de las religiones - indicó en aquella ocasión - el deber de desterrar todos los matices de aprobación de la palabra guerra. Devolvámosla a su miserable crudeza. Ante nuestros ojos están sus nefastas consecuencias. Estoy pensando de modo particular en Yemen, Siria, Irak y Libia. Juntos, hermanos de la única familia humana querida por Dios, comprometámonos contra la lógica del poder armado, contra la mercantilización de las relaciones, los armamentos de las fronteras, el levantamiento de muros, el amordazamiento de los pobres".
Jesús en los rostros de los niños sirios
No se puede permanecer indiferente ante el sufrimiento del pueblo sirio, de los niños sirios. Dirigiéndose, en 2018, a los participantes en la y los países vecinos, Francisco recuerda que "desde hace demasiados años, los conflictos ensangrientan a esa región y la situación de la población en Siria y en Irak y en los países limítrofes sigue causando gran preocupación. Todos los días, cuando rezo, pongo ante el Señor los sufrimientos y las necesidades de las Iglesias y de los pueblos de esas queridas tierras" así como también los de aquellos que hacen todo lo posible para ayudarlos". En su , el Papa pronuncia estas palabras: "Vemos a Jesús en los rostros de los niños sirios, marcados aún por la guerra que ha ensangrentado ese país en estos años. Que la amada Siria pueda finalmente volver a encontrar el respeto por la dignidad de cada persona, mediante el compromiso unánime de reconstruir el tejido social con independencia de la etnia o religión a la que se pertenezca".
Un pueblo obligado a sobrevivir bajo las bombas
Desde hace años, Siria está desgarrada por un sufrimiento inenarrable, causado por un mal que, sobre todo, destruye las conciencias. "Hoy quiero hablaros de algo que entristece mucho mi corazón: la guerra en Siria, que ya entró en su quinto año". Con estas palabras inicia el e del Pontífice con motivo de la campaña "Caritas Internationalis" por la paz en Siria en 2016.
"Es una situación de sufrimiento indescriptible, cuya víctima es el pueblo sirio, obligado a sobrevivir bajo las bombas o buscando vías de evacuación a otros países o áreas de Siria, menos desgarradas por la guerra: abandonan sus hogares, todo". Al recibir en 2015 a los participantes del encuentro promovido por el Consejo Pontificio "Cor Unum" sobre la crisis humanitaria en Oriente Medio, el Papa Francisco recuerda también que hay muchas víctimas del conflicto. "En Siria e Irak -señala- el mal destruye los edificios y las infraestructuras, pero sobre todo destruye la conciencia del hombre".
Siria y el autodenominado Estado Islámico
2014 es el año que se abre en Siria e Iraq, con la creación del autodenominado Estado Islámico, otra página dramática marcada por una violencia incalificable. El 29 de junio de 2014 Abu Bakr al-Baghdadi proclama desde la mezquita de al Nuri, en Mosul, el nacimiento de un califato en un territorio que incluye el noreste de Siria y la región occidental de Iraq. La ciudad de Raqqa, en el noreste de Siria, es elegida como capital. A un mes del nacimiento del llamado Estado Islámico, la situación ya es explosiva. Los enfrentamientos y los combates llevan tiempo inflamando amplias zonas de la región de Oriente Medio.
El , el Papa recibe a los participantes en la reunión de coordinación de las organizaciones caritativas católicas que trabajan en el contexto de la crisis siria: "A todas las partes les pido que, mirando al bien común, permitan inmediatamente la obra de asistencia humanitaria y cuanto antes hagan callar las armas y se comprometan a negociar, poniendo en primer lugar el bien de Siria, de todos sus habitantes, incluso de aquellos que, por desgracia, han debido refugiarse en otros lugares y tienen derecho a volver lo antes posible a su patria. En particular, pienso en las queridas comunidades cristianas, rostro de una Iglesia que sufre y espera".
¿Cuánto sufrimiento queda por infligir?
La reconciliación es siempre el don que Francisco pide para el pueblo sirio. En 2013, pocos días después de su elección como Pontífice, en su , el Papa invocó la paz "por la querida Siria, por su pueblo herido por el conflicto y por los numerosos refugiados, que esperan ayuda y consuelo".
"¿Cuánta sangre se ha derramado y cuánto sufrimiento queda todavía por infligir antes de encontrar una solución política a la crisis?", se pregunta el Pontífice. Una cuestión que se puede relacionar con los numerosos llamamientos lanzados por el Papa Francisco en favor de Siria, como el del : "El aumento de la violencia en una guerra entre hermanos, con la multiplicación de las masacres y los actos atroces, que todos hemos visto también en las terribles imágenes de estos días, me impulsa una vez más a levantar con fuerza la voz para que cese el ruido de las armas. No es la confrontación la que ofrece perspectivas de esperanza para resolver los problemas, sino la capacidad de encuentro y diálogo".
Benedicto XVI sobre la violencia en Siria: ¿por qué tantos horrores?
El don de la paz para los habitantes de Siria y los países vecinos. Así lo imploró Benedicto XVI durante su viaje apostólico al Líbano del 14 al 16 de septiembre de 2012. El último día en el País de los Cedros, en Beirut, el Pontífice constató que "se sigue oyendo el clamor de las armas, así como el de las viudas y los huérfanos". Y se hace plantea dos cuestiones: ¿Por qué tantos horrores? ¿Por qué tantas muertes?
Preguntas a las que el Papa respondió con un llamamiento a la comunidad internacional. "Quien quiera construir la paz -subraya- debe dejar de ver en el otro un mal que hay que eliminar". "Que Dios -anhela Benedicto XVI- conceda a su país, a Siria y a Oriente Medio el don de la paz del corazón, el silencio de las armas y el cese de toda violencia".
Juan Pablo II y la oración desde los Altos del Golán
Las heridas impresas en la historia de Siria también han sido recordadas en varias ocasiones por San Juan Pablo II. En particular, durante la peregrinación jubilar a Grecia, Siria y Malta, el Papa Wojtyla elevó su oración desde los Altos del Golán, desde la iglesia de Quneitra, medio destruida por la guerra. .
"Desde este lugar, tan desfigurado por la guerra -recuerda el Pontífice- quiero elevar mi corazón y mi voz en una oración por la paz en Tierra Santa y en el mundo". La historia de la ciudad de Quneitra está ligada a las páginas de la "Guerra de los Seis Días". Quedó casi completamente destruida antes de la retirada israelí en junio de 1974.
Pablo VI: pasemos del odio a la fraternidad
Que "el sentimiento de emulación y odio se transforme en un sentimiento de perdón y fraternidad". Esta es también la esperanza expresada por Pablo VI, en 1968, en su Mensaje Urbi et Orbi para la Pascua. Las del Pontífice son palabras que también hacen referencia al difícil contexto de Oriente Medio.
"El mundo -señala el Papa Montini- se ha visto temerosamente sacudido por los recientes conflictos en Extremo Oriente y en Oriente Medio, así como en la tierra de África, en su sistema constructivo de armonía mundial: que resuciten, en cambio, los grandes ideales de la organización ordenada y pacífica del mundo; que no triunfe el escepticismo respecto a la ineptitud constitucional de la humanidad para progresar en la libertad, la justicia y la paz: sino que se confirme la esperanza y, con la esperanza, se actúe para resolver los conflictos actuales y prevenir los futuros".
Pío IX y "los tribulados fieles de Siria"
En el siglo XVIII la historia de Siria también presenta páginas dramáticas. Poco antes de la Navidad de 1860, el Papa Pío IX, en el discurso "Multis Gravibusque", recordó a "los tribulados fieles de Siria".
"Estamos angustiados y conmovidos -subraya el Pontífice- por el miserable estado de los cristianos en Siria". Aunque tengan un respiro "del sufrimiento de una cruel masacre", la violencia puede volver a estallar con "robos y masacres". Las palabras de Pío IX se refieren al sangriento conflicto que estalló en esa región en el verano de 1860 y que causó la muerte de miles de cristianos. Incluso después de 1860, la historia de Siria estaría marcada por otros dramas. El futuro, en este país martirizado, es un camino que se recorre entre la ansiedad y la esperanza. Un camino que hay que recorrer en la estela de la fraternidad para vivir por fin en paz, no sólo en Siria.
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