Papa Francisco: No se cansen de escuchar el "grito" que los indefensos llevan en sus ojos
Ciudad del Vaticano
En un mensaje, difundido por la Sala de Prensa del Vaticano en el día de hoy, el Papa Francisco animó a los miembros “a continuar con convicción, alegría y renovada fidelidad el camino trazado por el Fundador, el Beato Bronislao Markiewicz”.
Su fundador
Bronislao Markiewicz, entró a la Congregación Salesiana y conoció personalmente a San Juan Bosco. Regresando de Italia a Polonia como primer salesiano, continuó sembrando a través de obras a favor de los niños pobres y abandonados, reuniendo a su alrededor hombres y mujeres, colaboradores del primer núcleo de las ramas masculina y femenina de las futuras Congregaciones de San Miguel Arcángel. Murió en 1912, unos años antes de que el Instituto religioso, tan deseado por él, fuera aprobado oficialmente el 29 de septiembre de 1921 por el entonces arzobispo de Cracovia Adam Stefan Sapiecha. Como destaca Papa Francisco, “el legado espiritual del Fundador fue vivido con celo apostólico por sus hijos durante estos cien años, adaptándolo sabiamente a la realidad y a las nuevas urgencias pastorales, incluso a costa del supremo don de la vida, como lo atestigua el martirio de vuestro beato Ladislao B??dziński y de Adalberto Nierychlewski”.
Su carisma
El carisma del Instituto se caracteriza por la preocupación por los niños pobres, huérfanos y abandonados, no deseados por nadie y a menudo considerados como rechazados por la sociedad. En su misiva, Papa Francisco invitó a “continuar con renovado entusiasmo su compromiso educativo con aquellos a quienes nadie quiere a menudo acoger y defender, a través de escuelas, oratorios, hogares de acogida, hogares de guarda y otras realidades asistenciales y educativas”.
Al mismo tiempo, destacó que “los más necesitados de hoy en día se enfrentan no sólo a los que viven en la deficiencia material, sino que a menudo son esclavos del condicionamiento y la dependencia modernos”. Por lo tanto, expresó que el “Instituto está llamado a dedicar todo su cuidado y atención a la juventud y a las realidades sociales expuestas al peligro del mal y al alejamiento de Dios”.
Escuchar al Espíritu Santo
Finalmente, el Santo Padre invitó a los religiosos en este año jubilar, a escuchar dócilmente al Espíritu Santo y a que se “dejen modelar por Él para renovar la necesaria comunión fraterna, con vistas a una misión cada vez más fecunda”.
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