Hace quince años fallecía el Papa Juan Pablo II
Ciudad del Vaticano
Muchos adolescentes de hoy probablemente lo conocen de oídas, porque sus padres les habrán hablado de aquel Papa con quien los jóvenes de entonces se sentían identificados. Se podría escribir mucho sobre esta figura que fue tan incisiva para la Iglesia del Siglo XX y no sólo, sino también para el mundo, ya que este Pastor de la Iglesia universal acompañó las vicisitudes de los pueblos y de las familias, con sus ancianos y jóvenes. Sin embargo, para quienes vivieron distintas experiencias con él personalmente – como durante las Jornadas Mundiales de la Juventud o escuchando sus catequesis o leyendo sus cartas – e incluso a través de las imágenes ofrecidas por los medios de comunicación su memoria sigue viva.
Su pontificado fue el tercero más largo de la historia
Juan Pablo II fue el 264° Papa de la Iglesia Católica. Tras iniciar su largo pontificado en 1978 – el suyo fue el tercero más largo de la historia – falleció un día como el de hoy del año 2005.
Bajo la luz de la Divina Misericordia
Tan grande fue su carisma e influencia que muchos de los niños nacidos en aquella época hoy llevan su nombre. San Juan Pablo II murió en la víspera del Domingo de la Misericordia, fiesta que él mismo había establecido habiendo sido hijo espiritual de Santa Faustina Kowalska – la joven religiosa y mística polaca de la orden de las Hermanas de Nuestra Señora de la Misericordia – mundialmente conocida y cuyo santuario se encuentra a pocos pasos de la Ciudad del Vaticano. Y él mismo la canonizó el 30 de abril del año 2000, día en el que también instituyó la fiesta de la Divina Misericordia.
Hace 15 años la Ciudad de Roma se vio invadida de fieles
La vida es movimiento, la vida es cambio, y las circunstancias a través de los decenios nunca son las mismas. Es el devenir de la historia. Hoy el mundo está combatiendo la batalla que implica la pandemia. Los países han cerrado sus puertas para resguardarse. También Roma, la Ciudad Eterna, se ve desolada como nunca. Con una Basílica y Plaza de San Pedro vacía, cerrada al público en tiempos de cuarentena. Y si bien esta situación es transitoria, resulta más sorprendente aún pensar que hace tan sólo cinco lustros, quince años, la capital italiana, la ciudad más poblada de este país, se veía literalmente invadida por una multitud de sencillos fieles que acampaban al aire libre con tal de estar ahí, de pasar en procesión ante sus restos para un último saludo. Además de los más de setenta jefes de Estado y de Gobierno, junto a príncipes y otras autoridades mundiales que asistieron a su solemne funeral.
Tal vez todos recuerden el viento de aquel día que movió las páginas del evangelio colocado sobre su ataúd en una Plaza de San Pedro conmovida y en silencio.
Pocas horas antes de fallecer Juan Pablo II había pedido que lo dejaran ir a la Casa del Padre. Durante sus últimos días Juan Pablo II escuchaba las oraciones de la multitud que se reunía en la Plaza de San Pedro. La congoja de los fieles alcanzó su punto máximo cuando impartió su penúltima bendición desde la ventana de su estudio con aquel conmovedor, y fallido, intento de pronunciar alguna palabra. Y si bien volvió a asomarse a la ventana el 30 de marzo de 2005 para bendecir a las personas por última vez, en aquel momento se comprendió que ya no se lo volvería a ver puesto que su largo y doloroso Vía Crucis se había cumplido.
Aniversario de la muerte de San Juan Pablo II
El Papa Benedicto XVI lo beatificó el 1° de mayo de 2011 y el Papa Francisco lo canonizó el 27 de abril de 2014 junto a San Juan XXIII.
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