Francisco ante la emergencia del Covid-19: Unidos a Cristo, nunca estamos solos
Manuel Cubías - Ciudad del Vaticano
Este domingo, 15 de marzo, resplandece el sol sobre la ciudad de Roma, mientras las campanas repican anunciando el mediodía. El Papa Francisco ha comenzado la oración del Ángelus, que es transmitida por los medios de comunicación.
Después de rezar el Ángelus, el obispo de Roma evidenció uno de los muchos cambios que se viven en la ciudad: ¡°La Plaza de San Pedro está cerrada¡±. Las calles lucen vacías y apenas se escucha el ruido de los carros. En este ambiente, resuenan las palabras de Francisco: ¡°En esta situación de epidemia, en la que nos encontramos viviendo más o menos aislados, estamos invitados a redescubrir y profundizar el valor de la comunión que une a todos los miembros de la Iglesia. Unidos a Cristo nunca estamos solos, sino que formamos un solo Cuerpo, del cual Él es la Cabeza¡±. El Papa subraya que la comunión se alimenta de la oración y con la eucaristía.
Nuevamente, Francisco agradeció a los que trabajan en los servicios esenciales: ¡°Renuevo mi cercanía a todos los enfermos y a los que los cuidan. Así como los numerosos trabajadores y voluntarios que ayudan a las personas que no pueden salir de su casa, y los que satisfacen las necesidades de los más pobres y los sin techo¡±.
Finalmente, el Obispo de Roma agradeció ¡°a todos los que rezaron por mí en el séptimo aniversario de mi elección como sucesor de Pedro¡±.
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