El Papa: “Yo puedo debe convertirse en nosotros podemos, juntos”
Ciudad del Vaticano
Alrededor de mediodía del último sábado de noviembre, el Santo Padre Francisco recibió en audiencia en el Aula Pablo VI a los participantes en el Encuentro mundial "Yo puedo", un proyecto promovido por la Federación de Institutos de Actividades Educativas (FIDAE) e inspirado en la Encíclica del Papa Laudato si', que concluye este 30 de noviembre en Roma tras haberse inaugurado el día 26.
Belleza en acción
En su , el Santo Padre saludó a los queridos niños y niñas, junto a sus maestros y padres y les dio las gracias por esta visita al final de su encuentro mundial. Además, Francisco agradeció de modo especial a la Presidenta de FIDAE por sus palabras introductorias. Y les dijo a todos que “le gusta ver en su trabajo diario la belleza en acción”.
Al recordar el arte del mosaico, en el que tantas teselas se integran para formar una imagen más grande, Francisco también les dijo que “vistos de cerca, esas piedrecitas parece que no tuvieran sentido, pero juntas crean una visión asombrosa”. Y destacó que en la tradición judía y cristiana, “la belleza y la bondad están unidas, son inseparables”.
La creación nos sorprende por su esplendor y variedad
Con el libro del Génesis y su relato de la creación, el Papa recordó que se lee: "Dios vio que era bueno y para el hombre y la mujer: "Dios vio cuanto había hecho, y todo era muy bueno". De ahí su reflexión sobre el término "bueno" que – tal como explicó – “en hebreo tiene un valor muy amplio y puede traducirse no sólo como bueno sino también como armonioso. Es una armonía polifónica, formada por la belleza, la bondad y el compartir. La creación nos sorprende por su esplendor y variedad y, al mismo tiempo, nos vuelve a poner con los pies en la tierra, haciéndonos comprender cuál es nuestro papel en el mundo frente a tanta grandeza”.
Por esta razón les dijo que en la Sagrada Escritura “hay una relación muy estrecha entre bello y bueno, entre belleza y bondad entendida como servicio a los demás”. Y así como “Dios puso a disposición de los seres humanos la obra de su creación – prosiguió – así los mismos seres humanos encuentran su plena realización dando vida a una ‘belleza compartida’. Nos encontramos ante una ‘llave’ del universo, de la que también depende su supervivencia: esta llave es el plan de la alianza de Dios”.
Francisco también les dijo que no hay que hacerse “la ilusión de que podemos" sustituir una belleza irreemplazable e irrecuperable, por otra creada por nosotros... Si bien, prosiguió, “a veces también nosotros, sin darnos cuenta, caemos en esta tentación, cuando nuestro ‘yo’ se convierte en el centro de todo y de todos. En cambio, queridos amigos, este proyecto suyo, inspirado en la Encíclica Laudato si', dice con razón que no podemos ser nosotros mismos sin el otro y sin los otros. No debemos dejarnos engañar y caer en la trampa de la exclusividad”.
Con los profesores
Naturalmente, continuó el Papa, juntos con los profesores, a quienes saludó y agradeció por acompañar este proyecto con su precioso trabajo. De modo que, dijo: “Juntos nos preparamos para el Pacto Mundial sobre la Educación y para el evento que tendrá lugar en Roma el 14 de mayo de 2020. Todos estamos llamados a construir una ‘aldea global de la educación’ – es bonita esta palabra: “aldea mundial de la educación” ¿Qué palabra era? (la repiten todos) ¡No oigo bien! (la repiten otra vez) ¡Ahora sí! – donde quien la habita genera una red de relaciones humanas, que son la mejor medicina contra todas las formas de discriminación, violencia y bullying. En esta gran aldea, la educación se convierte en portadora de fraternidad y creadora de paz entre todos los pueblos de la familia humana, y también de diálogo entre sus religiones”.
Con los padres
“Juntos, naturalmente, con los padres”, prosiguió el Santo Padre y explicando que esto “es decisivo para el éxito de sus iniciativas”, puesto que los padres “no sólo contribuyen a la realización final sino que, al mismo tiempo, participan en el proyecto educativo a través de una bella confrontación hecha de curiosidad y novedad”.
Confianza valiente
Por esta razón les dijo a estos queridos chicos y chicas que veía en ellos “una confianza valiente”. “Sí, la confianza y el valor de un proyecto de mejora ambiental y social que se vuelve concreto; un proyecto que pueda dejar su huella”, razón por la cual – prosiguió – “han tomado la decisión acertada: han apartado la vista de la pantalla de su teléfono móvil y se han arremangado para servir a la comunidad. ¡Y también han puesto sus móviles al servicio de este compromiso!”,
Antes de despedirse y de bendecir a todos de corazón reafirmó que lo que le gusta tanto, al ver cómo sonríen sus ojos, es que “han preferido la solidaridad, el trabajo común y la responsabilidad a tantas otras cosas que el mundo les ofrece”.
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