Mirar el mundo sin miedos ni prejuicios, como lo mira Dios
María Fernanda Bernasconi 鈥 Ciudad del Vaticano
Al recibir a las setenta participantes en el 37º Capítulo de la Congregación de Jesús-María el Santo Padre en su es manifestó su deseo de que sigan encontrándose con nuestros hermanos y hermanas, como lo hizo su Fundadora, Santa Claudina Thévenet, quien sobre lo pequeño y la pobreza inició esta obra apostólica que en estos 200 años se ha extendido fecundamente por todo el mundo, hasta estar presente hoy en veintiocho países de cuatro continentes.
El Pontífice comenzó su alocución extendiendo su saludo a las hermanas que trabajan por el mundo y a todos los miembros de la Familia Jesús-María, sin olvidar a los más pequeños, a los niños de sus escuelas y colegios. Y destacó el tema que han elegido para su Capítulo y que es: 鈥En camino, con esperanza, como una familia apostólica鈥, teniendo como icono bíblico la Visitación de María.
Caminando de prisa, pero no ansiosas
Después de recordar la obra que inició Santa Claudina Thévenet el Papa les dijo que su historia les habla de un 鈥渃aminar sin descanso鈥. Siempre en camino, como María en la Visitación, atenta a las necesidades. Y hablando espontáneamente les sugirió tres senderos para seguir caminando que tomó de la oración que les sirvió a todas ellas para la Congregación del Capítulo general.
El nombre de Dios es misericordia
El primer sendero es ser testigos de la bondad misericordiosa de Dios. Sí, porque como les recordó el Papa: 鈥淓l nombre de Dios es misericordia鈥. Y relató un hecho que le sucedió cuando él mismo había hablado de este tema, puesto que una persona que había escuchado sus palabras le dijo: 鈥淒ios siempre es perdedor, siempre pierde鈥. 鈥淵 sí 鈥 dijo el Santo Padre 鈥 parece que sí, no le interesa ganar, le interesa que nosotros ganemos. Esa es su misericordia鈥.
La vida de fraternidad y solidaridad
El segundo sendero para caminar es la vida de fraternidad y solidaridad, les dijo el Papa recordándoles que ellas ¡son un cuerpo apostólico que vive en comunidad fraterna!鈥. Y 鈥渄e este modo 鈥 prosiguió 鈥 se animan unas a otras al seguimiento de Jesús y suscitan nuevas vocaciones鈥. Por esta razón manifestó que 鈥渆s necesario ahondar en la comunidad con relaciones cada vez más evangélicas, de modo que pasen a ser fraternidades cada vez más apostólicas, hermanas en misión, capaces de 鈥渃ontagiar鈥 a otras jóvenes para que puedan seguir esta forma de consagración鈥.
No a la espiritualidad del 鈥渟í, pero鈥濃
Francisco les pidió que no teman a los jóvenes. A la vez que hablando de manera espontánea les dijo que la alegría debe ser 鈥渃omo una de las notas de la propia vida鈥, y les confesó que le 鈥渄a pena鈥, ver a religiosos o religiosas 鈥渢ristes鈥, 鈥渃on cara de velorio鈥, o 鈥渃ara de funeral鈥. Por esta razón insistió en la alegría, que es 鈥渆se mirar con paz, con sonrisa鈥, que 鈥渟ale de adentro鈥, y les pidió que se escapen 鈥渄e la espiritualidad del 鈥榮í, pero鈥欌. Puesto que ese 鈥減ero鈥, 鈥渆s un camino hacia la tristeza siempre鈥.
Ir adelante con el Señor y con el buen discernimiento
El último sendero que el Pontífice señaló a estas religiosas es el de 鈥discernir y tener la valentía de ir más allá. Siempre más allá鈥. Además volvió a pedirles que 鈥渘o tengan miedo鈥 puesto que caminan 鈥渆n comunidad鈥 con 鈥渆l apoyo de la fraternidad鈥, y sabiendo 鈥渄iscernir, no hay que temer鈥. Mientras les recordó que 鈥渦na cosa linda en nosotros es que cuando nos equivocamos, tenemos la posibilidad de volver atrás鈥.
El Pontífice concluyó su alocución agradeciéndoles este encuentro fraterno y 鈥渢odo el bien que hacen en la Iglesia y en el mundo鈥. 鈥淨ue la Virgen Madre 鈥 les dijo 鈥 las acompañe en este camino para que puedan seguir encontrando a nuestros hermanos y hermanas, como lo hacía santa Claudina. Y, por favor, no se olviden de rezar por mí鈥.
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