El Papa en N¨¢poles: la Carta de los estudiantes de Teolog¨ªa
Gabriella Ceraso - Ciudad del Vaticano
La carta que un grupo de 25 estudiantes, en su mayoría mujeres, laicos, de entre veinte y cuarenta años, escribió y entregó al Papa con motivo de su llegada el próximo viernes a Nápoles a su universidad, la Pontificia Facultad Teológica del Sur de Italia, sección de San Luis, en la colina de Posillipo, se titula "Antes de que las piedras griten".
Francisco estará el día 21 por la mañana, entre profesores, seminaristas y estudiantes italianos y extranjeros, para cerrar, con su discurso, la conferencia de dos días organizada por la Universidad, titulada: "Teología después de la Veritatis gaudium en el contexto del Mediterráneo".
El sueño de los estudiantes es poder recibir un saludo especial del Papa en esta ocasión, que será breve e intenso, ya que Francisco llegará a la capital de Nápoles a las 09.00 horas y regresará al Vaticano inmediatamente después del almuerzo con los jesuitas de la Facultad.
La iniciativa fue anunciada en una conferencia de prensa el pasado sábado, en Nápoles, donde el Cardenal y Arzobispo de la ciudad Crescenzio Sepe y el Decano de la Facultad, el Padre Jesuita Pino Di Luccio, dieron los últimos detalles de la visita del Papa. Al principio, está la idea de dos profesores de Historia de la Iglesia en la Universidad Pontificia, la profesora Anna Carfora y el profesor Sergio Tanzarella, que relatan a Pope la razón subyacente:
R.- En primer lugar, porque son laicos y laicas en particular. Son laicos que estudian teología hasta el bachillerato, hasta la licencia, y su presencia para nosotros es extraordinariamente enriquecedora, pero también porque, aunque sólo hayan pasado unas pocas décadas desde la entrada de las mujeres en el estudio de la teología, todavía queda mucho por hacer. Las mujeres siguen siendo no sólo una categoría numéricamente minoritaria, sino también una categoría que corre el riesgo de ser marginal en el estudio de la teología. Y así, darles la oportunidad de hacerse oír, de escribir al Papa y de expresar su petición de reconocimiento, de desempeñar un papel protagonista en una estructura que, en general, permanece fuertemente clericalizada, nos pareció una oportunidad importante a seguir.
Como el Papa, los cristianos son testigos de la verdad
En la carta los estudiantes escriben que fueron estimulados por la "coherencia perturbadora" del Pontífice "entre palabras y acciones", y cuestionados por sus batallas contra la indiferencia. Desde aquí relanzan su compromiso cristiano, ante el desafío del "encuentro", de las periferias olvidadas, de los desequilibrios económicos, para oponerse a "una alternativa de hombres y mujeres de buena voluntad que asumen la responsabilidad de ser testigos de la verdad".
Laicos y mujeres: se necesitan pasos adelante
La carta aborda entonces cuestiones que parecen centrales para los jóvenes teólogos y que cuestionan la renovación del estudio de la Teología y no sólo: el tema del identikit y el papel del laico y de la mujer, cuya importancia, dentro de la historia de la salvación, escriben, "a menudo se ignora deliberadamente". De la carta surge el deseo de llevar a cabo cada vez más un proceso académico abierto y practicable para todos. Chiara Franchitti, una de las redactoras de la carta, cuenta al Pope sobre el sentido de "renovación" que todos sienten y lo que esperan del encuentro del próximo viernes con el Papa:
R. - Una palabra clave es ciertamente renovación, parte de la carta está dedicada a la renovación dentro de las facultades de teología. Pero no sólo eso, no es casualidad que todos seamos laicos, mujeres. Nos llevó a reflexionar sobre el papel de los laicos hoy y deducimos que todavía queda mucho por hacer, por mejorar. Finalmente, no pudimos dejar de hablar de la Iglesia de los pobres, donde la pobreza significa también pobreza existencial y donde las necesidades y exigencias no son sólo materiales sino también psicológicas, morales.... Y el Papa Francisco en materia de pobreza y dignidad de la persona es un gran maestro para nosotros.
No sabemos si el Papa tendrá la posibilidad de responderle. ¿Cuáles son sus expectativas en este sentido?
R.- No esperamos que un evento sea un fin en sí mismo y ya tenemos todos los prerrequisitos para creer que no lo es. Basta con considerar todas las iniciativas promovidas durante el año por nuestra facultad, la presentación de libros, conciertos.... Hemos recibido este año a muchos profesores de otras facultades, todos en perfecta armonía con la línea de apertura que desde hace varios años nuestra facultad está llevando a cabo. En este contexto de apertura y renovación está también la llegada del Papa Francisco a Nápoles.
Sabemos que has tomado en consideración y profundizado el texto del Veritatis gaudium: ¿qué hay en este texto que te ha estimulado, que te ha intrigado?
R. - Nos ha cuestionado desde su maravilloso proemio. Trato de citar el principio de memoria. "La alegría de la verdad expresa el anhelo que inquieta el corazón del hombre hasta que se encuentra, no vive y comparte con toda la luz de Dios y luego continúa diciendo que la verdad no es una idea abstracta sino el hombre de Nazaret. Esto ya es un gran estímulo lleno de esperanza. El encuentro con la vida no sólo a través de la Eucaristía, sino a través de la familiaridad con la Palabra de Dios y de nuestra relación con los hermanos y hermanas, es una oportunidad para que todos nosotros experimentemos la alegría y la fiesta de la eternidad de ahora en adelante. Si sabes que el hombre de la alegría de Nazaret es incontenible, tienes que compartirlo. No se puede pertenecer sólo a la nueva humanidad porque en nuestro Dios Trinitario la relación es inherente.
Muchos de vosotros sois también profesores y continuadores en vuestra formación... ¿Qué es lo que habéis notado entre las asignaturas que estudiáis y luego la realidad de la enseñanza y de la formación de otros estudiantes?
R. - Nuestra vida en la Iglesia y en el mundo como laicos y, al mismo tiempo, nuestra familiaridad con la Palabra nos proporciona las herramientas para saber leer la realidad en la que vivimos. A la luz de estos supuestos, está claro que los estudios teológicos nunca se limitan al puro placer o a algo abstracto, habiendo hecho del objeto de estudio no una idea sino una persona.
La formación universitaria y la experiencia práctica en el campo de la teología se entrecruzan. Entre otras cosas, en los últimos años la colaboración de la teología con otras disciplinas se ha hecho cada vez más frecuente. Basta pensar, por ejemplo, en el vasto campo de la bioética, pero en todo esto lo importante es no perder de vista la conciencia de que, como está escrito en el número 22 de la Gaudium et spes y recogido en el proemio de Veritatis gaudium, el único hombre que se revela plenamente a sí mismo y tenemos todos los medios necesarios para ser la prolongación en la actualidad.
El sueño de los jóvenes estudiantes
Como también pedía el proemio de Veritatis gaudium, los estudiantes relanzaron la necesidad de una facultad teológica que les preparara para la lectura de la vida contemporánea y el discurso interdisciplinario, pero que también les abriera la puerta a la profesionalidad especializada, en vista de lo cual propusieron, entre otras cosas, una formación política y de maestría. Y concluyen: "Si los laicos hemos encontrado la motivación para comenzar este camino juntos, es porque el Papa sueña".
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