Francisco a los Misioneros de ?frica: sean nómadas por el Evangelio
Ciudad del Vaticano
Al recibir en audiencia, en la Sala Clementina del Palacio Apostólico, a los miembros de la Sociedad de los misioneros de África y de la Congregación de las Religiosas Misioneras de Nuestra Señora de África, con ocasión del 150º aniversario de su fundación por obra del Cardenal Lavigerie, el Papa les dijo que “sus raíces están marcadas por la misión ad extra: está en su ADN”. Y los alentó “a mantener sus ojos fijos en Jesucristo, para no olvidar nunca que el verdadero misionero es ante todo un discípulo”.
En su el Pontífice manifestó su reconocimiento por su “servicio a la misión de la Iglesia, vivido con pasión y generosidad, en fidelidad a las intuiciones evangélicas de su fundador común”.
Pero, a la luz del camino realizado hasta ahora a partir de su fundación, saben que el anuncio del Evangelio no es sinónimo de proselitismo; es esa dinámica que nos lleva a estar cerca de los demás para compartir el don recibido, el encuentro de amor que cambió su vida y los llevó a decidir consagrar la vida al Señor Jesús, Evangelio para la vida y la salvación del mundo.
Sean nómadas por el Evangelio
Tras recordar que esta gran familia religiosa se ha preparado durante los últimos tres años para celebrar este jubileo, el Obispo de Roma dio gracias a Dios, “no sólo por los dones que ha concedido a la Iglesia, a través de sus Institutos, sino también y, sobre todo, por la fidelidad de su amor”. Por esta razón manifestó su deseo de que “este año jubilar fortalezca” en ellos la certeza de que Dios es fiel. También les deseó que a través de su consagración y de su ministerio manifiesten concretamente en su vida fraterna y en sus diversos compromisos, la fidelidad del amor de Dios y su cercanía, para sembrar la esperanza en los corazones de aquellos que están heridos, probados, desanimados y que se sienten a menudo abandonados. A lo que añadió textualmente:
¡Qué la celebración de su jubileo los ayude a convertirse en “nómadas del Evangelio”, hombres y mujeres que no temen ir a los desiertos de este mundo y buscar juntos los medios para acompañar a los hermanos al oasis que es el Señor, para que el agua viva de su amor apague cualquier sed suya!
A todos estos misioneros el Papa Bergoglio les pidió que cultiven el vínculo particular que los une al Señor, mediante la escucha de su Palabra, la celebración de los sacramentos y el servicio a los hermanos, para que sus acciones manifiesten su presencia, su amor misericordioso, su compasión por aquellos a quienes el Espíritu los envía.
“Con la fuerza del Espíritu Santo – les dijo el Obispo de Roma – sean testigos de la esperanza que no defrauda, a pesar de las dificultades”. Y en fidelidad a sus raíces, no tengan miedo de arriesgarse por los caminos de la misión, de ser “testigos de que Dios siempre es novedad, que nos impulsa a partir una y otra vez y a desplazarnos para ir más allá de lo conocido, hacia las periferias y las fronteras”.
Constructores de puentes y testigos de la cultura del encuentro
Ante “las formas actuales de esclavitud” el Papa los invitó a hacerse “cercanos a los pequeños y a los pobres, a los que esperan, en las periferias de nuestra sociedad, ser reconocidos en su dignidad, ser acogidos, protegidos, levantados, acompañados, promovidos e integrados”.
Y concluyó con esta esperanza, encomendándolos al Señor, por intercesión de la Virgen María, Nuestra Señora de África. Tras impartirles su bendición apostólica, a todos ellos y a sus comunidades, y de invocar la bendición de Dios sobre aquellos cuya vida comparten donde el Señor los ha enviado les pidió que, por favor, no se olviden de rezar por él.
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