Iglesia de Col¨®n, ±Ê²¹²Ô²¹³¾¨¢, recibe a Âᨮ±¹±ð²Ô±ð²õ de Centro Am¨¦rica
Manuel Cubías ¨C Ciudad del Vaticano
Familiaridad con Cristo
Uno de los ejes de la preparación para las experiencias de la JMJ Panamá es que el joven se sienta parte de la familia de Cristo. El prójimo, quienquiera que sea, es el hermano, y con él nos hemos puesto en camino para construir un mundo mejor.
Un segundo eje es contemplar la realidad desde la mirada de Dios. Con la mirada de Dios nos adentramos hasta el corazón mismo de la historia de la humanidad en toda su complejidad y diversidad. Esta es la historia que hemos de contribuir a salvar.
El tercer eje es la diversidad y unidad en los pueblos centroamericanos. Desde tiempos prehispánicos la región centroamericana era diversa. La belleza multicolor de su geografía con montañas, volcanes, lagos y selvas tropicales quedó plasmada en la riqueza pluriétnica y multicultural que se desarrolló.
El cuarto eje es nuestra propia realidad donde converge la violencia y el deseo ancestral por la paz. Somos una región donde han existido muchos hombres y mujeres que han recibido el Espíritu de profecía, y que los ha hecho denunciar el pecado y anunciar un mundo nuevo.
La belleza del encuentro
Toda esta riqueza ha llegado hasta Panamá y se ha unido a la fuerza de los jóvenes que vienen del Sur de América y de todas partes del mundo.
Las comunidades juveniles han dado en cada lugar, una muestra de agradecimiento a las parroquias y familias que los recibieron. Un grupo juvenil salvadoreño lo hizo dejando un cuadro con la foto de San Óscar Romero, otras dejaron la bandera de sus países, artesanías y otros símbolos. En Malambo, el grupo que se hospedó en esa comunidad agradecieron la experiencia con los niños huérfanos.
Decía Marco Romero: "me voy con una nueva familia. Ahora tengo mamá, papá y hermanos en Panamá".
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