“Las palabras de los abuelos tienen algo especial para los óԱ”
Mireia Bonilla – Ciudad del Vaticano
El nuevo libro del jesuita italiano Antonio Spadaro, director de la revista italiana “La Civiltà Cattolica”, ha sido presentado en la tarde de hoy en el Aula Magna del Augustinianum de Roma. El volumen, bajo el título “Francisco. La sabiduría del tiempo” se trata de un diálogo con el Santo Padre sobre las grandes cuestiones de la vida, en el que a través de 250 entrevistas realizadas a ancianos de 30 países diferentes, el Papa las comenta compartiendo incluso momentos de su propia biografía personal.
Sin duda uno de los apartados más significativos del nuevo libro de padre Spadaro es su Prefacio, realizado por el mismo Pontífice. En él, Francisco escribe que nuestra sociedad “ha privado a los abuelos de su voz”. “Les hemos quitado su espacio y la oportunidad de contar sus experiencias, sus historias, su vida” asegura el Papa, puntualizando que incluso “les hemos puesto a un lado y hemos perdido el bien de su sabiduría”. Ante esto – continúa el Papa – “debemos despertar el sentido civil de gratitud, de aprecio, de hospitalidad, capaz de hacer que los ancianos se sientan parte viva de su comunidad” o de lo contrario nos faltarán “los modelos” y “los testimonios vividos” y – subraya – “estamos perdidos”.
La misión de los abuelos
El Papa también expresa en el Prefacio cual es la misión de los abuelos: Estimular a los jóvenes a buscar el sentido de la vida. “Las palabras de los abuelos tienen algo especial para los jóvenes” dice el Papa, pues la fe “también se transmite a través del testimonio de los ancianos que han hecho la levadura de su vida”. “Lo sé por experiencia personal”.
Abuelos soñadores que hagan soñar a los jóvenes
El Pontífice expresa además un pensamiento que "desde hace un poco de tiempo" – escribe – le ronda por la cabeza: Que haya una alianza entre los ancianos y los jóvenes. “Solo si nuestros abuelos tienen el coraje de soñar y nuestros jóvenes profetizan grandes cosas, nuestra sociedad irá adelante”. “Necesitamos abuelos soñadores!”, pues son ellos - continúa - “quienes inspirarán a los jóvenes a avanzar con la creatividad de la profecía. Hoy los jóvenes necesitan los sueños de los ancianos para tener esperanza, para tener un mañana”. En esta línea, el Papa también dice que cuando a los jóvenes el futuro les genera "ansiedad, inseguridad, desconfianza, miedo", sólo el testimonio de los ancianos "les ayudará a mirar hacia el horizonte y hacia arriba, a ver las estrellas".
¿Qué pueden enseñar los abuelos a los jóvenes?
En la introducción al libro, Francisco también señala de manera concreta cuales son las acciones que pueden llevar a cabo los ancianos para ayudar a la juventud.
Incluyendose él mismo, asegura que frente a los jóvenes de hoy que se sienten "héroes del presente", llenos de ambiciones e inseguridades, los abuelos pueden recordarles "que una vida sin amor es una vida seca". También pueden ayudar a aquellos jóvenes que se presentan "temerosos" explicandoles que "la angustia del futuro puede vencerse", y a los que que están "demasiado enamorados de sí mismos", los abuelos pueden enseñarles - concluye el Papa - "que hay más alegría en dar que en recibir y que el amor no sólo se demuestra con palabras, sino con acciones".
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