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Mireia Bonilla – Ciudad del Vaticano

Tras el rezo del Ángelus del primer domingo de septiembre, el Pontífice volvió a renovar su llamamiento por la querida Siria, en la que “aún soplan vientos de guerra” ha expresado el Papa y desde la que llegan “noticias inquietantes” sobre los riesgos de una posible catástrofe humanitaria en la provincia de Idlib.

Se trata de un tema que – como ha expresado Francisco - “causa dolor” y es por ello que ha querido, una vez más, renovar su más sincero llamamiento a la comunidad internacional y a todos los actores involucrados “para que hagan uso de los instrumentos de la diplomacia, el diálogo y las negociaciones, en el respeto de los Derecho Humanos Internacionales y salvaguarden la vida de los civiles”.

Alerta de las Naciones Unidas en Idlib

También en los últimos días las Naciones Unidas han barajado la posibilidad de una catástrofe humanitaria en Idlib en caso de ataque. En esta ciudad, situada en la parte noroccidental de Siria, fortaleza de los rebeldes yihadistas, la batalla final con las tropas de Damasco, apoyadas por Rusia e Irán, tomaría forma.

Durante días, las fuerzas leales sirias y sus aliados se preparan para lanzar operaciones terrestres y aéreas a gran escala contra la milicia rebelde que - según las fuerzas de Damasco - también se han atrincherado en la zona con hombres vinculados a Al Qaeda. Los insurgentes, en los últimos días, han detonado dos grandes puentes sobre el río Oronte que unían Idlib con la provincia de Hama, bajo control del Gobierno, en un intento de obstaculizar el asalto temido por las tropas de Damasco.