Pacem in terris, 55 a?os de la Encíclica de Juan XXIII
El Jueves Santo de 1963, 11 de abril, el Papa Juan XXIII publicaba su octava Encíclica titulada “Pacem in terris”, abierta a las aspiraciones del mundo contemporáneo descifradas por el Pontífice a través de los signos de los tiempos. Fue la última Encíclica del Papa Roncalli, que ya entonces estaba gravemente enfermo. Dos días después, el 13 de abril, Sábado Santo, el Papa se dirigía a través de una radiomensaje a los fieles y al mundo entero, en ocasión de la Solemnidad de la Resurrección del Señor, recordando la importancia de la Pacem in terris, “dedicada a la recta ordenación de la sociedad para conseguir el bien precioso de la paz” y “don” para la Pascua del año 1963.
La paz genera conciencia de responsabilidades y límites
“El don de la paz, recordaba Juan XXIII en el radiomensaje, hará que cada uno tome conciencia de su responsabilidad y de sus límites, de modo que comunique a sus semejantes lo que ellos esperan y tienen el derecho de obtener. En esta forma, será menos dificultoso penetrar resueltamente en los intrincados problemas y relaciones humanas, gracias a la extensión de la pax christiana, que todo lo armoniza en su orden debido y elimina las fuentes de perturbación social y ciudadana”.
Paz con verdad, justicia, caridad y libertad
La Encíclica, centrada en la no beligerancia y la construcción de la paz, nace en un periodo de tensiones y guerra fría. En un mundo dividido en dos bloques y con guerras en Vietnam, África, América Latina y bajo la amenaza del desarme nuclear. El mensaje es contundente: “La paz, permanece siempre sólo un sonido de palabras, si no está fundada en aquel orden que el presente documento ha trazado con confiada esperanza, fundado en la verdad, construido con justicia, animado e integrado por la caridad y llevado a cabo en la libertad”.
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