23 de abril: Memoria de San Jorge, onomástico del Papa Francisco
Renato Martinez – Ciudad del Vaticano
Cada 23 de abril, la Iglesia celebra la memoria litúrgica de San Jorge, mártir y Jorge Mario Bergoglio, Papa Francisco celebra su onomástico. En este día el Pontífice está recibiendo saludos de todas partes del mundo.
Sobre la figura de san Jorge, hay un sin fin de cuentos, narraciones fantasiosas como la del episodio cuando salvó la princesa de las garras del dragón, ocurrido en el periodo de las cruzadas. Este gesto se convirtió en el símbolo de la fe que triunfa sobre el mal.
¿Quién era San Jorge?
Jorge, cuyo nombre tiene un origen griego que significa “agricultorâ€, nació en el seno de una familia cristiana en la Capadocia alrededor del 280. Se trasladó a Palestina y entró a formar parte del ejército de Diocleciano. En el 303, cuando el emperador emana el edicto de persecución contra los cristianos, Jorge dona todos sus bienes a los pobres y, ante el mismo Diocleciano, rompe el documento y profesa su fe en Cristo. Por esta acción sufre terribles torturas y al final fue decapitado.
Sobre el lugar donde fue sepultado en Lidda, que era antes la capital de Palestina y hoy es una ciudad israelí cerca de Tel Aviv, se erigió poco después de su muerte una Basílica donde aún hoy día se pueden ver sus restos mortales.
De mártir a un santo guerrero
Los guerreros influyeron mucho en transformar la figura de San Jorge mártir en un santo guerrero, simbolizando la escena del dragón como la derrota del Islam; Ricardo corazón de León lo invocó como protector de todos los combatientes. Con los Normandos su culto se radicó fuertemente en Inglaterra donde en 1348, el rey Eduardo III instituyó la Orden de los Caballeros de San Jorge. En todo el periodo medieval su figura fue objeto de literatura épica.
Las palabras del Papa Francisco sobre la lucha contra el mal
El 11 de abril de 2014, el Santo Padre explicó que así como el demonio “tentó a Jesús tantas veces, y Jesús sintió en su vida las tentacionesâ€, así también los hombres son tentados. “También nosotros somos objeto del ataque del demonio – afirmó el Papa – porque el espíritu del mal no quiere nuestra santidad, no quiere el testimonio cristiano, no quiere que seamos discípulos de Jesúsâ€. (Homilía, Santa Misa, Casa Santa Marta).
En otra ocasión el Santo Padre dijo que, “en el mundo existe la lucha entre el bien y el mal, dicen los filósofos. Es la lucha entre el demonio y Dios. Esto existe todavía. Cuando a cada uno de nosotros le vienen las ganas de hacer una maldad. Esa pequeña maldad es una inspiración del diablo. Que a través de la debilidad que ha dejado en nosotros el pecado original te lleva a esto. Se hace el mal en las pequeñas cosas como en las cosas grandesâ€. “Es una guerra contra la verdad de Dios, la verdad de la vida, contra la alegría. Esta lucha entre el diablo y Dios dice la Biblia que continuará hasta el finâ€. (Audiencia del 31 de diciembre de 2015, Aula Pablo VI).
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