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Papa: "Somos cristianos, pero vivimos como paganos"

En su ³ó´Ç³¾¾±±ô¨ª²¹ de la misa celebrada en la capilla de la Casa de Santa Marta, el Pont¨ªfice invit¨® a reflexionar sobre la hipocres¨ªa de los justos, que viven el cristianismo ¡°como un h¨¢bito social¡±, no llevan a Jes¨²s en su vida cotidiana, sino que lo expulsan de su coraz¨®n

Alessandro Di Bussolo ¨C Ciudad del Vaticano

Nosotros que hemos nacido en una sociedad cristiana, corremos el riesgo de  vivir el cristianismo ¡°como un hábito social¡±, formalmente, con ¡°la hipocresía de los justos¡±, que ¡°temen dejarse amar¡±. Y una vez terminada la Misa dejamos a Jesús en la Iglesia, ¡°no vuelve con nosotros a casa¡±, en la vida cotidiana. Ay de nosotros, así expulsamos a Jesús de nuestro corazón: ¡°Somos cristianos, pero vivimos como paganos¡±.

Al comentar el Evangelio de San Lucas y el reproche de Jesús a la gente de Betsaida, Corazín y Cafarnaúm, que no han creído en Él, no obstante los milagros, el Papa Francisco invitó a todos en su homilía a hacer un examen de conciencia.

Jesús llora por quien no es capaz de amar

Jesús ¡°está afligido por ser rechazado¡± ¨C explicó Francisco ¨C mientras ciudades paganas como Tiro y Sidón, viendo sus milagros ¡°con toda seguridad habrían creído¡±. Y llora, ¡°porque esta gente no había sido capaz de amar¡±, mientras Él ¡°quería llegar a todos los corazones, con un mensaje que no era un mensaje dictatorial, sino que era un mensaje de amor¡±.

Nosotros nacidos cristianos, que nos olvidamos de Jesús

En el lugar de los habitantes de las tres ciudades, pongámonos también nosotros mismos, me pongo yo, prosiguió diciendo el Papa. ¡°Yo que he recibido tanto del Señor, he nacido en una sociedad cristiana, he conocido a Jesucristo, he conocido la salvación¡±, he sido educado en la fe. Y con mucha facilidad me olvido de Jesús.

Después, en cambio, ¡°oímos noticias de otra gente que apenas escucha el anuncio de Jesús, se convierte y lo sigue¡±. Pero nosotros ¨C comentó el Santo Padre ¨C  estamos ¡°habituados¡±.

¡°Y este hábito nos hace mal, porque reducimos el Evangelio a un hecho social, sociológico, y no a una relación personal con Jesús. Jesús me habla a mí, te habla a ti, habla a cada uno de nosotros. La predicación de Jesús es para cada uno de nosotros. ¿Cómo es que aquellos paganos que, apenas escuchan la predicación de Jesús, van con él, y yo que he nacido aquí, en una sociedad cristiana, me acostumbro, y el cristianismo es como si fuera un hábito social, un vestido que me pongo y que después dejo? Y Jesús llora, sobre cada uno de nosotros, cuando vivimos el cristianismo formalmente, y no realmente¡±.

La hipocresía de los justos es temor a dejarse amar

Si hacemos así ¨C aclaró Francisco ¨C  somos un poco hipócritas, con la hipocresía de los justos.

¡°Está la hipocresía de los pecadores, pero la hipocresía de los justos es el miedo al amor de Jesús, el miedo a dejarse amar. Y en realidad, cuando nosotros hacemos esto, tratamos de gestionar nosotros la relación con Jesús. ¡®Sí, yo voy a Misa, pero tú detente en la Iglesia que yo después voy a casa¡¯¡±.

¡°Y Jesús no regresa con nosotros a casa: en la familia, en la educación de los hijos, en la escuela, en el barrio¡­¡±

Hacemos de cuenta que tenemos a Jesús, pero lo hemos expulsado

Así Jesús permanece allá, en la Iglesia, comentó el Pontífice con amargura.  ¡°O permanece en el crucifijo o en la estampita¡±.

¡°Hoy puede ser para nosotros una jornada de examen de conciencia, con este estribillo: ¡®Ay de ti, ay de ti¡¯, porque te he dado tanto, me he dado a mí mismo, te he elegido para ser cristiano, ser cristiana, y tú prefieres una vida a medias, una vida superficial: un poco sí de cristianismo y agua bendita, y nada más. En realidad, cuando se vive esta hipocresía cristiana, lo que nosotros hacemos es echar a Jesús de nuestro corazón. Hacemos de cuenta que lo tenemos, pero lo hemos expulsado. ¡®Somos cristianos, orgullosos de ser cristianos¡¯, pero vivimos como paganos¡±.

La oración: tú me has dado tanto, yo soy ingrato

Cada uno de nosotros ¨C concluyó el Papa ¨C piense: ¡°¿Soy Corazín? ¿Soy Betsaida? ¿Soy Cafarnaúm?¡±. Y si Jesús llora, pedir la gracia de llorar también nosotros. Con esta oración: ¡°Señor, tú me has dado tanto. Mi corazón es tan duro que no te deja entrar. He pecado de ingratitud, soy un ingrato, soy una ingrata¡±. ¡°Y pidamos al Espíritu Santo que nos abra de par en par las puertas del corazón, a fin de que Jesús pueda entrar, a fin de que no sólo escuchemos a Jesús¡±, sino que escuchemos su mensaje de salvación y ¡°demos gracias por tantas cosas buenas que ha hecho por cada uno de nosotros¡±.

Homilía del Papa en Santa Marta

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05 octubre 2018, 11:33
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