蜜桃交友

Buscar

El libro ?La cooperativa sociale Giotto - una normalità eccezionale? El libro ?La cooperativa sociale Giotto - una normalità eccezionale? 

Prisiones, cuando una cooperativa social significa redención y dignidad

Publicado por Il Mulino, ?La cooperativa sociale Giotto - una normalità eccezionale?, escrito por Vera Zamagni, habla de una actividad de 40 a?os que hoy promueve la reinserción laboral de muchas personas desfavorecidas, incluidos los reclusos. Nicola Boscoletto, miembro fundador de Giotto: nos dimos cuenta de que poder tener un trabajo es siempre una fuente de crecimiento, sobre todo para quienes viven al margen

Roberta Barbi - Ciudad del Vaticano

Desde hace dos años, la profesora Vera Zamagni siguió de cerca las actividades de Giotto -una cooperativa social activa en la prisión Due Palazzi de Padua desde 1986-, vio las actividades del centro de llamadas, observó el trabajo de la panadería de la prisión, analizó las operaciones de la fábrica de montaje, además de leer las cuentas, los registros y los balances... El resultado es la publicación «La cooperativa sociale Giotto - una normalità eccezionale» (La cooperativa social Giotto – una normalidad excepcional), publicada por Il Mulino, una historia contada con la precisión de un economista, pero también con el entusiasmo de quien cree en las personas y en sus posibilidades: 

«Cuando un colega de Padua me hizo esta propuesta -dijo a los medios vaticanos-, acepté porque nunca me había ocupado de cooperativas sociales, y mucho menos de una cooperativa que diera trabajo a los presos, en cambio es muy importante demostrar que incluso en la cárcel se puede hacer algo».

La vocación igualitaria del cooperativismo    

La voz con la que la profesora cuenta la historia de Giotto es más autorizada que nunca: Zamagni lleva 30 años estudiando y explicando las cooperativas, que son formas alternativas de hacer empresa: «En la práctica -explica-, en las cooperativas el capital emitido por los socios de la empresa no está separado de los propios socios, si hubiera beneficios extra se podrían transferir entre los socios, que generalmente prefieren reinvertirlos dentro de la propia cooperativa. No hay maximización de beneficios para los accionistas, sencillamente porque no hay accionistas». Las cooperativas sociales, en particular, son de dos tipos: las que prestan servicios a los ciudadanos, como los comedores, y las que dan trabajo a los ciudadanos, especialmente a los desfavorecidos: «Estas últimos tienen que buscar el trabajo, pero con demasiada frecuencia se limitan a tratar con el sector público, mientras que es el sector privado el que ofrece mejores oportunidades». Giotto lo ha entendido, hasta el punto de que hay todo un capítulo dedicado a los socios, incluidos los extranjeros, que colaboran con la cooperativa.

Construir juntos una sociedad mejor  

Por eso, la construcción de una sociedad más sólida y segura se mide también por la inclusión de todos los actores que la componen. «Las cooperativas tienen éxito -afirma la autora del libro- porque tienen un enfoque igualitario, disminuyen las desigualdades porque saben implicar a todos los sujetos que componen la sociedad». Un libro que es un regalo, navideño dada la época del año, más aún porque es un regalo inesperado y no solicitado: «Nos habían aconsejado desde muchos sitios que contáramos nuestra historia, por eso», dice Nicola Boscoletto, uno de los miembros fundadores de Giotto, «cuando nos hablaron de este proyecto nos alegramos mucho. Para nosotros era esencial que alguien de fuera contara nuestra historia, para no caer en la autorreferencialidad».

La inspiración de Don Giussani

Boscoletto es uno de esos jóvenes graduados que hace casi 40 años dieron vida al sueño que Giotto sigue encarnando hoy: «Crucial en el inicio de este recorrido -recuerda- fue el encuentro con Don Giussani. Estaba orientado a no perder ni un ápice de vida, comprometido a no desperdiciar ni un solo instante de ella. A los jóvenes nos transmitió que el otro es siempre un bien, una riqueza, aunque no lo conozcamos. Sobre todo, nos enseñó a no juzgar, esto depende del Señor, a nosotros nos corresponde dar lo que hemos recibido, de lo contrario no tendría ningún valor».

De jubileo en jubileo

El punto de inflexión -o más bien uno de los muchos puntos de inflexión en el camino de la cooperativa Giotto- llegó con el Jubileo de la Misericordia en 2016: «A instancias de algunos amigos y socios, también entonces abrimos una organización de voluntariado. De repente -recuerda Boscoletto- nuestro objetivo pasó a ser, como dice el Papa, ya no considerar a los presos como objeto de nuestra atención, sino como sujetos activos de su propia recuperación, especialmente los que trabajaban con nosotros. Un trabajo, por tanto, que vuelve a ser un elemento capaz de dar dignidad al hombre, aunque el hombre como tal se encuentre a menudo al margen de la sociedad. Está a punto de abrirse un nuevo Jubileo dedicado a la esperanza, una virtud -observa Boscoletto- cada vez más difícil de llevar a los reclusos. En este momento histórico los presos, al igual que los migrantes, son utilizados y no ayudados, como dice el Santo Padre. Así que las palabras no bastan, sobre todo si no van seguidas de testimonios y gestos concretos de los gobernantes. Después, el Señor hace brotar de todos modos la esperanza en nuestros corazones, pero ésa es otra cuestión».

Gracias por haber leído este artículo. Si desea mantenerse actualizado, suscríbase al boletín pulsando aquí

17 diciembre 2024, 14:39