Venezuela, unánime condena internacional a la represión de Maduro
L'Osservatore Romano
Prácticamente unánime, en la comunidad internacional, es la condena de la orden de detención en Venezuela contra Edmundo González Urrutia, candidato de la oposición en las elecciones presidenciales del 28 de julio. González Urrutia afirmó haber ganado las elecciones, a pesar de que el Tribunal Supremo del país sudamericano ratificó la victoria de Nicolás Maduro el 22 de agosto.
Hasta el momento, Estados Unidos, la Unión Europea, la mayoría de los países latinoamericanos, incluido Brasil, así como la Organización de Estados Americanos (OEA) y la ONU, que «sigue con preocupación la evolución» de la situación en Venezuela, se han pronunciado en contra de la orden de detención.
Según la portavoz del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH), Ravina Shamdasani, lo que está ocurriendo en Venezuela agrava el «clima de terror» alimentado por las autoridades de Caracas en el curso de una campaña represiva más amplia tras las elecciones presidenciales. Así lo confirma un nuevo informe de la organización Human Rights Watch, que describe sin rodeos la represión de la disidencia política tras los comicios en Venezuela como «la más sangrienta en años».
A petición de la fiscalía, un tribunal antiterrorista ordenó la detención de González Urrutia, de 75 años, en el marco de la investigación por «desobediencia a las leyes», «conspiración», «usurpación de funciones» y «sabotaje». La victoria de Maduro en las elecciones con el 52% de los votos no se demostró haciendo públicas las actas, como exigían la oposición y los países que no lo reconocieron; la justificación del Consejo Nacional Electoral, controlado por Maduro, es que hubo ataques cibernéticos.
En una nota, la Conferencia Episcopal Venezolana escribió que, más de un mes después de la votación, seguir sin conocer el resultado de las elecciones presidenciales es contrario a los valores democráticos garantizados por la Constitución. Otro motivo de preocupación, continúa el texto, es la persecución a la que son sometidos los comunicadores sociales, el candidato más votado y los líderes de la oposición, en flagrante contradicción con los principios de pluralidad política e independencia de los poderes públicos. Mientras tanto, Maduro ha decretado que las próximas fiestas navideñas se adelanten al 1 de octubre.
Gracias por haber leído este artículo. Si desea mantenerse actualizado, suscríbase al boletín pulsando aquí