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Victoria discutida y reelección, la de Nicolás Maduro, en su tercer mandato consecutivo como presidente de Venezuela, según los datos difundidos por el Consejo Nacional Electoral (CNE), obtuvo el 51,2% de los votos con el 80% de las papeletas escrutadas. Hubo una reacción inmediata de la oposición, que esperaba acabar con 25 años de gobierno chavista, y denunció irregularidades e intimidaciones. La líder de la oposición, María Corina Machado, inhabilitada para ejercer cargos públicos y políticos durante los próximos 15 años, afirma que su propio candidato, Edmundo González Urrutia, acreditado oficialmente con el 44,02%, obtuvo en realidad el 70% de los votos.

Los países latinoamericanos piden una reunión urgente

A esta última declaración siguieron llamamientos a la transparencia de los resultados electorales por parte de numerosos dirigentes de países latinoamericanos, desde Chile a Argentina, pasando por Costa Rica, y Perú retiró a su embajador de Caracas. Nueve países de América Central y del Sur expresaron en una declaración conjunta su profunda preocupación por el desarrollo de las elecciones presidenciales en Venezuela y pidieron una revisión completa de los resultados electorales, así como una reunión urgente de la Organización de Estados Americanos.

Las reacciones de EEUU y la Unión Europea

«Serias preocupaciones» por el hecho de que el resultado anunciado no refleje la voluntad del pueblo venezolano son expresadas también por Estados Unidos, en palabras del secretario de Estado, Antony Blinken, y del portavoz de Seguridad Nacional estadounidense, John Kirby, que pidieron al Gobierno de Caracas que haga públicas las tabulaciones electorales. Un aspecto que también destacó el Alto Representante de la Unión Europea para la Política Exterior, Josep Borrell, quien en sus canales sociales pidió «total transparencia» sobre el resultado de la votación: «El recuento detallado de los votos» y el «acceso» a los registros electorales de los colegios electorales son «de vital importancia», señaló.

El resultado es 'irreversible', aseguró el presidente del CNE, Elvis Amoroso, quien figura entre los sancionados por Washington por su papel en la crisis venezolana. Por su parte, el presidente Maduro ya ha celebrado los resultados: «No han triunfado con sanciones, con agresiones, con amenazas. El fascismo en Venezuela no pasará», dijo, mientras cientos de simpatizantes se reunían frente al Palacio de Miraflores, en Caracas. El portavoz diplomático de Pekín, Lin Jian, aseguró que su país está dispuesto a «enriquecer la asociación estratégica» con Venezuela. Cuba e Irán también están en la misma línea.