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Luca Collodi - Ciudad del Vaticano

La campaña electoral para las elecciones presidenciales del próximo domingo 28 de julio ha llegado a su fin en Venezuela. El presidente Nicolás Maduro aspira a un tercer mandato. Sin embargo, el partido gobernante se enfrenta a una difícil prueba electoral.

Los obispos

La importancia del voto en Venezuela queda subrayada por la declaración de los obispos venezolanos el 11 de julio, que hablan de las elecciones como una «fiesta de la democracia» y llaman a los ciudadanos del país a ejercer su derecho. Para las organizaciones humanitarias católicas, las elecciones representan «la única opción en la que el pueblo venezolano puede expresarse y relacionarse con el Gobierno de Maduro y las circunstancias en las que tiene que vivir».

El Gobierno

Maduro advirtió a EEUU y a España que se 'preparen' para su victoria: 'será', dijo, 'la victoria electoral más hermosa y más grande de la historia electoral de Venezuela, que abrirá un camino de 'esperanza y felicidad'. Por su parte, el fiscal general, Tarek William Saab, amenazó con la detención de cualquier persona que pretenda «socavar» el proceso electoral dando a conocer el resultado antes de que haya concluido el proceso de la Comisión Electoral». También declaró su intención de proceder contra cualquiera que «pretenda o quiera sabotear el clima de paz que se está viviendo de forma extraordinaria en el país».

La oposición

En un acuerdo escrito, los líderes de la Plataforma por la Unidad Democrática (Pud), incluida la ex candidata y ganadora de las primarias de la coalición, Corina Machado, excluida por la justicia, se comprometen a «crear un clima político y social» que apoye la acción del gobierno y garantice el inicio del proceso de democratización del país. Por su parte, el líder de la Plataforma de Oposición, Edmundo Gonzales, anunció que había conseguido acreditar a más del 99% de sus escrutadores. Gonzales, también dice confiar en que «las Fuerzas Armadas de Venezuela harán cumplir la voluntad del pueblo».