ڲԾá: Testimonios de las zonas afectadas por el terremoto
Luana Foti y Camilla Dionisi – Ciudad del Vaticano
La tierra en Afganistán vuelve a retemblar, un temblor de magnitud 6,3 sacudió la parte occidental del país, la zona de Herat, ya afectada por el terremoto que causó la muerte a más de dos mil cuatrocientas personas el pasado 7 de octubre, y puso de rodillas a todo un pueblo al que se dirigió el Papa Francisco al final de la audiencia general del 11 de octubre, cuando pidió que se rezara por todos los que sufren.
Alrededor de cincuenta personas resultaron heridas en el terremoto de ayer que, una vez más, sumió a los habitantes en el terror, en un momento en el que faltan desde medicamentos hasta refugios que puedan acoger a quienes perdieron sus viviendas, y se ven obligados a vivir en la calle.
Mohammad Mehryar y Sabour Tokhi son dos jóvenes que viven en la zona de Herat, y relataron a Pope el drama vivido y las dificultades a las que se enfrentan. Como relata Sabour:
La situación en la zona de Herat
Mohammad Mehryar es un estudiante de medicina de Herat. Tras el terremoto se convirtió en socorrista y cada día intenta ayudar a las víctimas del sismo con lo que aprendió en la universidad.
"El terremoto destruyó trece pueblos y más de dos mil casas. Casi trescientas familias desplazadas de la ciudad están viviendo en parques públicos".
Durante el primer temblor, Mohammad cuenta que escapó del edificio en el que estaba con todos los demás chicos con los que estaba estudiando.
Mohammad y los demás socorristas ofrecen una gran ayuda a las víctimas de las zonas afectadas.
Clima de miedo y devastación
Según relató Mohammad falta atención para los muchos heridos graves que necesitan operaciones porque su salud corre grave peligro.
"Los equipos de rescate pueden traer algunos medicamentos y tratamientos básicos pero, a medida que pasa el tiempo, los heridos también pueden morir", dijo y añadió:
Los civiles viven un momento de total desesperación porque han perdido a familiares, pero no sólo eso, en la ciudad de Herat, la gente tiene miedo y no puede entrar en sus casas porque sigue habiendo temblores de tierra.
Caos total en Herat
Sabour Tokhi estaba en casa cuando empezó el terremoto. Cuenta a Pope su experiencia y explica hasta qué punto siente la responsabilidad de informar lo que vio.
Según relata Sabour, en la ciudad de Herat el temblor dañó algunos lugares históricos pero no causó grandes destrozos. En cambio, en una provincia de la región de Herat, llamada Zinda Jan, el sismo destruyó veinte pueblos. Y más de mil quinientas personas fueron rescatadas de entre los escombros.
Según Sabour, el gobierno actual no está organizando la ayuda a los afectados por la tragedia. "El régimen ni siquiera ha informado a la gente qué hacer y dónde acudir en busca de ayuda. Las personas siguen viviendo en la calle sin ninguna ayuda de las autoridades”.
Reconstruir vidas
Como relata Sabour, existe la posibilidad de llevar ayuda a las víctimas, pero no hay una organización que la gestione adecuadamente. El gobierno – señala – no tiene capacidad para ayudar a la gente”.
Al mismo tiempo, muchos intentan lanzar campañas para recaudar fondos que nunca llegan a manos de las víctimas. "El mayor problema – explica Sabour – es que las carreteras de las zonas afectadas están destruidas, las personas necesitas campamentos donde vivir y recibir atención médica. Necesitan comida caliente, pero no tenemos un gobierno que pueda cubrir las necesidades básicas de estas personas".
La conclusión es que "hay muchos empresarios afganos anunciando su ayuda que, si llegara directamente a los afectados, sería un punto de partida para que los civiles reconstruyeran sus vidas".
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