De Madrid al matrimonio, una historia de amor
Emanuela Prisco - Ciudad del Vaticano
Madrid, JMJ 2011: dos jóvenes se conocieron y allí se sembró una semilla que germinaría sólo diez años después. Ana Paula y Christian, ella brasileña y él guardia suizo. Su matrimonio fue fruto de la Jornada Mundial de la Juventud. Una historia que a veces puede parecer un cuento de hadas, pero que cuando forma parte del plan de Dios se convierte en realidad. La chica debía partir ese año para la JMJ con su grupo de la Comunidad Shalom de su Brasil natal, pero un problema con su billete hizo que llegara a Roma para unirse al grupo de la misma comunidad que partía desde allí.
La belleza de la Iglesia
Christian, un guardia suizo, asistía al grupo Shalom en Roma y, al no estar de servicio en ese momento, había decidido unirse a ellos y partir hacia Madrid. Un encuentro casual pero que escondía el plan de la providencia en la vida de los dos jóvenes. “No me enamoré de Christian en la JMJ -cuenta Ana Paula a Pope- allí me enamoré de Jesús, de la belleza de ser Iglesia, viva y joven. El amor por Christian vino después".
La Jornada Mundial de la Juventud como encuentro personal con Cristo
La Jornada Mundial de la Juventud fue para este joven matrimonio, ante todo, el descubrimiento de un encuentro personal con Jesús, cuenta Ana Paula. A su regreso del evento en España, volvió a casa "con un profundo deseo de ofrecer su vida, por Dios y por la Iglesia”. La parada en Madrid había marcado también para ella el inicio de una experiencia misionera con la comunidad y, sobre todo, de un profundo camino de autoconocimiento y madurez de fe. Después de 2011, Ana Paula y Christian se reencontraron en Roma. Estamos en 2017 y la ocasión es un evento de la Comunidad Shalom. Tampoco esta vez había sido planeado: hacía cinco años que ambos no hablaban y esa vez tuvieron la oportunidad de recordar lo que cada uno había vivido por separado.
Conocimiento y descubrimiento del plan de Dios
Al recordar su camino de maduración y autoconocimiento, ven los pasos que han dado y se dan cuenta de que su encuentro no es fruto de la casualidad. Iniciaron un noviazgo a distancia, ella en Brasil y él en Italia. Al conocerse, descubrieron la voluntad de Dios en sus vidas y empezaron a recoger los frutos que aquella JMJ de Madrid había sembrado en la tierra fértil de sus existencias.
Matrimonio
Diez años después de su primer encuentro, Ana Paula y Christian se casaron en 2021. Recordando cada detalle de la boda, Ana Paula sonríe diciendo que aún hoy puede ver cómo fue la divina providencia la que guió todo, empezando por la misma fecha que tuvieron que posponer cuatro veces a causa de la pandemia. Además, los dos se casaron en la capilla Salus Populi Romani, en la Basílica de Santa María la Mayor, un lugar muy significativo para la pareja porque fue allí donde se conocieron antes de partir para Madrid; el lugar donde se conserva el cuadro de la Virgen María que San Juan Pablo II confió a los jóvenes para la JMJ.
La invitación a los jóvenes a vivir la JMJ sin expectativas
Hoy, Christian es miembro del Cuerpo de la Guardia Suiza desde hace más de quince años: no es un simple trabajo, sino una verdadera vocación. Ana Paula se dirige idealmente a los jóvenes que se preparan para ir a Lisboa y les invita a "partir sin pretender tener la respuesta para todo o ir a buscar esposa o esposo; partir en cambio para tener un encuentro personal con Cristo, discerniendo no sólo sobre la vocación entendida como estado de vida, sino también sobre la vocación como profesión”. “Todo -afirma- es posible cuando Jesús está en el centro”.
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