蜜桃交友

Giancarlo La Vella - Ciudad del Vaticano

A estas alturas, Gaza y Jerusalén parecen estar unidas por una estrategia de causa-efecto que no augura nada bueno. Ayer se dispararon dos cohetes desde Gaza hacia el sur de Israel. Inmediatamente después, un grupo de palestinos se atrincheró en la mezquita de Al-Aqsa de Jerusalén con piedras y fuegos artificiales, según el Times of Israel. La policía intervino y se produjeron enfrentamientos.

Segundo día de tensiones

Y las tensiones amenazan con extenderse: también estallaron enfrentamientos en la ciudad de mayoría árabe de Umm al-Fahm, en el norte de Israel, durante una marcha en apoyo de Al-Aqsa. Prácticamente se repitió el escenario de la noche anterior. Era la segunda vez en dos días que la policía israelí asaltaba Al-Aqsa con la intención de detener a los extremistas que se habían refugiado en la mezquita. A la intervención de los agentes siguió ayer la detención de unas 400 personas que la policía israelí consideraba implicadas en los sucesos de Al Aqsa. La operación dejó también varios heridos y fue condenada por la comunidad internacional.

En la ONU, Guterres conmocionado por la violencia

Y, ante el riesgo de una escalada, resuenan las palabras del secretario general de la ONU, Antonio Guterres, que se mostró conmocionado por la actuación violenta de las fuerzas de seguridad israelíes en la mezquita, en un momento en el que se viven al mismo tiempo la Pascua cristiana, la Pascua judía y el Ramadán musulmán, un momento -dijo Guterres, a través de sus portavoces- que debería ser de paz y no violencia.