Terremoto: más de 50.000 muertos en ճܰí y Siria
Emanuela Campanile - Ciudad del Vaticano
Las cifras del violento terremoto que sacudió la zona fronteriza entre Turquía y Siria el 6 de febrero son aterradoras, al igual que la secuencia de violentas y repentinas réplicas. El llamado enjambre sísmico ha constado hasta ahora de unos 9.000 temblores de tierra desde el 6 de febrero, algunos de los cuales han sido muy intensos. Además de las víctimas -el número de muertos supera ya los 50.000, sin contar las decenas de miles de heridos-, en lo que se centran las autoridades turcas y la maquinaria de ayuda internacional es en el creciente número de personas sin hogar. Sólo en Turquía, 530.000 personas han sido evacuadas de la zona de la catástrofe. Y personas sin hogar no sólo significa carecer de vivienda, sino también de las necesidades básicas necesarias para una vida cotidiana normal: alimentos, medicinas, kits de higiene, ropa y mantas necesarias, estas últimas, para afrontar prácticamente la actual temporada de frío a la intemperie.
Ayuda médica del Vaticano
Y mientras, desde Unicef llega el llamamiento "Más refugios. Más medicinas. Más fondos" para ayudar a las familias tanto en Siria como en Turquía, y sobre todo a los niños que también están expuestos a las duras temperaturas invernales, la Elemosineria vaticana, de acuerdo con la embajada turca ante la Santa Sede, ha enviado tres palés de medicamentos donados ayer al Dicasterio para el Servicio de la Caridad por el Banco Farmacéutico. Tiempos de organización muy breves, porque, dice el Elector Pontificio, Cardenal Konrad Krajewski: hay que "actuar inmediatamente según lo que dice el Evangelio". Mientras tanto, en Turquía, a pesar del estado de emergencia por las secuelas del terremoto, el Presidente Recep Tayyip Erdogan se mantiene firme en su decisión de no aplazar las elecciones del 14 de mayo.
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