±õ°ù¨¢²Ô: muere otra estudiante tras recibir una paliza de la polic¨ªa
Vatican news
La protesta contra el régimen no se detiene, pese al riesgo de vida. Una estudiante de doctorado de 35 años, Nasrin Ghadri, que estudiaba filosofía en Teherán, murió el sábado tras ser golpeada en la cabeza con una porra por las fuerzas de seguridad durante las manifestaciones del viernes. Un nuevo episodio de violencia que imita la masacre que ya sufrió Mahsa Amini, la joven kurda de 22 años que murió el pasado septiembre, también a causa de una paliza en la cabeza por parte de la policía moral.
Un entierro apresurado
Los manifestantes llevan más de 50 días protestando en las calles, sin mostrar signos de ceder, y ayer quisieron recordar a la estudiante con una marcha en Marivan, su ciudad natal en el Kurdistán iraní. La acusación es contra el gobierno por forzar el entierro de la mujer de forma precipitada. Las fuerzas de seguridad volvieron a combatirlos con mano de hierro a base de balazos, hiriendo al menos a 35 personas, según Afp. Otras acusaciones contra el régimen fueron obligar al padre a anunciar que la causa de la muerte de su hija estaba relacionada con una "enfermedad" o "intoxicación", versión similar a la adoptada por las autoridades en el caso de Mahsa.
Los diputados iraníes piden la ley de represalias
Una abrumadora mayoría de los 290 diputados iraníes exigió que se aplicara la ley de represalias contra los "enemigos de Dios", en referencia a los autores de los "disturbios", cuyo número de muertos se acerca a los 200, según una ONG con sede fuera de la República Islámica. Mientras tanto, continúan las detenciones: tres equipos afiliados al grupo Organización Mojahedin-e-Khalq (Mko) -considerado terrorista por Teherán- han sido detenidos, según informes de la Guardia Revolucionaria iraní.
Un comunicado citado por Fars afirma que los grupos pretendían llevar a cabo acciones de sabotaje y terrorismo en las provincias de Khuzestan, Fars e Isfahan, atrayendo a los "alborotadores" para que atacaran los centros estatales, de seguridad y policiales, destruyeran la propiedad pública y asesinaran a personas. Las imágenes publicadas en las redes sociales muestran a los manifestantes lanzando piedras contra los edificios oficiales y quemando la bandera de la República Islámica. Las universidades se han convertido en uno de los principales centros de protesta. Según la ONG Derechos Humanos de Irán (IHR), con sede en Noruega, los estudiantes de la Universidad Sharif de Teherán realizaron sentadas en apoyo de otros estudiantes detenidos el pasado domingo.
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