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Es hora de volver a ponerse las nacras

En las aguas italianas y eslovenas se está llevando a cabo un proyecto apoyado por la Unión Europea para proteger la Pinna nobilis, conocida como "nacra de mar", una especie formada hace 20 millones de años y que ahora está en peligro de extinción debido al cambio climático. En el trabajo hay un equipo de investigadores, biólogos moleculares, buceadores, divulgadores y ciudadanos de a pie unidos por el deseo de habitar la Creación sin dañarla más

Cecilia Seppia – Ciudad del Vaticano

A simple vista, la Pinna nobilis no inspira especial simpatía, no es ciertamente una de las criaturas más bellas o "carismáticas" que Dios ha plasmado, pero este molusco bivalvo, el más grande del Mar Mediterráneo, desempeña un papel fundamental en el ecosistema marino y ahora está en peligro crítico de extinción debido a una epidemia causada por un protozoo parásito del género Haplosporidium, que ha causado graves daños en el tracto digestivo de estos animales, matando a miles de ellos en poco tiempo.

De ahí la necesidad de tomar medidas inmediatas para su protección y el nacimiento en Italia del proyecto "LIFE Pinna" con el objetivo de reducir los factores de riesgo que amenazan su conservación y poner en marcha un innovador programa de repoblación. El proyecto se puso oficialmente en marcha el pasado mes de octubre, con el apoyo del instrumento financiero de la Unión Europea para el medio ambiente, LIFE, que ve cómo se unen en la protección de esta especie entidades como ARPAL, la Agencia Regional para la Protección del Medio Ambiente de Liguria, el Parque Nacional de Asinara, el NIB – Instituto Nacional de Biología de Eslovenia, la Sociedad Cooperativa del Litoral, la Universidad de Génova y Sassari, y por último, el Triton Research, responsable de las actividades de comunicación y sensibilización. Cuatro regiones italianas participan en la iniciativa de cuatro años, que finalizará en el 2025: Liguria, Cerdeña, Friul-Venecia Julia y Toscana, así como la región de Obalno–Kraska en Eslovenia.

La nacra (Pinna nobilis) es un ecosistema en sí mismo, muchos otros organismos encuentran morada en su caparazón
La nacra (Pinna nobilis) es un ecosistema en sí mismo, muchos otros organismos encuentran morada en su caparazón

La importancia del ecosistema de la Pinna nobilis

Parecida a un gran mejillón, más conocido como "nacra de mar", la Pinna nobilis tiene una concha de más de un metro de largo, un caparazón bastante duro cubierto de incrustaciones y microorganismos y puede vivir hasta 45 años, desarrollándose entre los 3 y 60 metros de profundidad en fondos arenosos o entre praderas submarinas de Posidonia.

Entre otras cosas, es una de las especies más antiguas, ya que se formó en nuestros mares hace 20 millones de años, desde el Estrecho de Gibraltar hasta las costas del Mar Negro, y en el pasado también ha atraído la atención de los coleccionistas de conchas y de biso, un conjunto de filamentos producidos por individuos adultos, utilizados por el hombre para producir una fibra textil muy apreciada. A finales de la década de 1980, la contaminación, la sobreexplotación y otros factores, como el anclaje y la pesca de arrastre, habían provocado un primer descenso progresivo de la población de pinna, lo que obligó a la Comunidad Europea a formalizar medidas de protección con respecto a ella. Luego, tras una fase de reactivación transitoria, se produjo un verdadero colapso a partir del 2016 debido a la epidemia provocada por el patógeno.

Pero si esta preciosa castañuela desapareciera por completo, sería una verdadera tragedia para el mar. Primero por la pérdida de la biodiversidad, luego por el papel que desempeña en el ecosistema. De hecho, las nacras son "filtradoras", es decir, filtran y limpian el agua del mar de desechos, residuos y suciedad, devolviéndole su pureza; también son importantes para contrarrestar la erosión del fondo marino, un proceso cada vez más extendido e imparable. Cada nacra es también un pequeño hábitat en sí mismo, porque su "andamiaje" permite que muchos otros organismos que se alimentan por filtración, como esponjas, crustáceos y gusanos marinos, tengan una posición ideal para hacerlo. Incluso hay un camarón, la Pontonia pinnophylax, que realiza todo su ciclo vital dentro de la nacra, convirtiéndola en su hogar.

Qué hacer para defender la obra de Dios

"Para salvar la Pinna nobilis, en primer lugar – explica Stefano Picchi, director ejecutivo de Triton Research – es necesario identificar a los individuos resistentes, es decir, a los que siguen vivos y no yacen muertos en el fondo del mar. Para ello contamos con buzos expertos que se dedican al reconocimiento; luego hay que investigar lugares más seguros y adecuados, entre las praderas de Posidonia oceánica, donde se puedan reintroducir los animales, asegurándose de que no haya patógenos y luego, éste es quizás el punto más importante, intentar experimentar con la cría en cautividad utilizando procedimientos pioneros, nunca utilizados hasta ahora, creando viveros donde criar a los pequeños”.

La última fase del proceso es trasladar los nuevos moluscos a cuatro áreas seleccionadas. Sin embargo, aparte del proceso práctico, es fundamental sensibilizar al público sobre las especies y el hábitat marino. Existe un mundo submarino que desconocemos pero que es obra de las manos de Dios y parte integrante de la casa común que nos ha confiado y que hoy necesitamos proteger aún más. Por eso también hemos lanzado un concurso fotográfico en la web lifepinna.eu, precisamente para invitar a todos, jóvenes y mayores, a observar, retratar y fascinarse con la naturaleza que se esconde en nuestros fondos marinos o entre las rocas de la superficie. A veces, el comportamiento inadecuado hacia el medio ambiente proviene de un desconocimiento del mismo, de una especie de desapego que, en cambio, debería superarse trabajando en una nueva alianza entre nosotros y el mundo que nos rodea. Uno saca un coral del fondo del mar para decorar su casa, sin pensar en el daño que puede causar este gesto aparentemente insignificante pero egoísta".

Un buzo en la obra de salvar los ejemplares que quedan
Un buzo en la obra de salvar los ejemplares que quedan

Escuchar la voz del Papa y dejarse inspirar

Picchi reitera lo mucho que la Laudato si' ha inspirado y sigue inspirando el trabajo de Triton Research y no sólo. "Por fin – añade – tenemos una encíclica que no habla genéricamente del medio ambiente, sino también de las especies, con sus peculiaridades y en su infinita variedad, acercándonos a un universo casi totalmente desconocido para la mayoría de las personas”.

“En este sentido nos sentimos fuertemente responsables, sin llegar a sentirnos ‘superiores’ y por tanto dueños, como seres humanos, considerando además que muchas de estas especies directa o indirectamente están hoy en dificultades o en riesgo de extinción precisamente por nuestra culpa: incluso la bacteria que acabó con la Pinna nobilis se debe al calentamiento global y por tanto al cambio climático, en cuyo origen está la acción desordenada y codiciosa del hombre. La idea de que no podemos actuar globalmente no debe ser un impedimento para no hacer nada; al contrario, es precisamente partiendo de lo pequeño, de los individuos necesitados, como podemos y debemos actuar”.

“Otro principio recogido en la encíclica que aplicamos es el de trabajar juntos a varios niveles, estar conectados, interconectados, es fundamental para salvar el planeta, porque como dice el Papa Francisco, nadie se salva solo: buceadores, investigadores, biólogos, divulgadores, pero también el simple ciudadano que se ofrece como voluntario en cualquier acción para salvar el medio marino".

Los primeros resultados

El proyecto LIFE Pinna, de cuatro años de duración, no sólo pretende proteger y controlar las poblaciones supervivientes, sino también recuperar la especie en sus hábitats. Ya en las primeras fases del proyecto se encontraron varias docenas de ejemplares supervivientes en el norte del Adriático que, tras ser analizados genéticamente, son objeto de un seguimiento constante.

Los más expuestos y amenazados por las actividades humanas fueron trasladados a zonas marítimas más seguras o a acuarios de laboratorio donde crecen en condiciones protegidas. Paralelamente, los investigadores también han comenzado a realizar minuciosos análisis genéticos para descartar la presencia de patógenos en los lugares candidatos a ser los más adecuados para la repoblación de la especie. El éxito de estas actividades no sólo será de interés local, ya que el proyecto está diseñado para ser replicado en otros contextos, gracias al desarrollo de buenas prácticas para todas las etapas, desde el seguimiento hasta la cría en cautividad y la reintroducción en la naturaleza.

Para apoyar las actividades de investigación, se han desarrollado proyectos de divulgación, como un documental sobre la naturaleza y verdaderas campañas de "ciencia ciudadana", destinadas a implicar a los ciudadanos de a pie, buceadores y submarinistas, que en la página web del proyecto pueden señalar a los investigadores de la presencia y localización de ejemplares vivos que aún no han sido estudiados.

El uso de la electroforesis para el diagnóstico
El uso de la electroforesis para el diagnóstico

Sensibilización y participación

Las cuatro áreas de referencia aptas para la repoblación de la especie pertenecen a la red denominada "Natura2000", que la Unión Europea ha pedido a los Estados miembros que protejan precisamente porque son ricas en biodiversidad y mejores desde el punto de vista naturalista, pero también son zonas protegidas por la legislación regional y nacional, donde no se practica la pesca y no hay otros elementos de disturbio para el crecimiento de nuevos ejemplares.

"Como Triton Research – concluye Stefano Picchi – nos hemos dado cuenta de que hay una gran aceptación de los temas medioambientales, sobre todo por parte de los más jóvenes que nos siguen en las redes sociales y quieren conocer y participar, por lo que también hemos pensado en poner en marcha, el año que viene, una escuela de verano sobre la protección del mar que llevará a los jóvenes al Gran Azul para que conozcan el trabajo de los investigadores, de los buceadores, incluso de los pescadores y de todos los que viven en él, porque es la única manera de tener una visión global e incluso amorosa de la Casa común".

“Hoy, también siguiendo la invitación del Papa, es necesario implicarse, no sólo conocer algo, ser consciente de ello, sino querer contribuir si está en nuestra mano hacerlo. Todos debemos mirar la Creación desde una perspectiva diferente, no desde fuera, sino desde dentro, sintiéndonos parte de ella, sólo así crecerá en nosotros la conciencia de querer habitarla en armonía con todas las especies".

Conocer, salvaguardar y habitar juntos la Creación
Conocer, salvaguardar y habitar juntos la Creación

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08 noviembre 2022, 09:41