Nur-Sultan. Congreso de Líderes Religiosos: ayudar a resolver conflictos del mundo
Deborah Castellano Lubov - Enviada a Nur-Sultan
La importancia de las religiones en la promoción de la paz será el tema central de la séptima edición del Congreso de Líderes de Religiones Mundiales y Tradicionales, previsto para los días 14 y 15 de septiembre en Nur-Sultán, capital de Kazajistán, con la presencia del Papa Francisco. El encuentro nació en 2003, a instancias del entonces presidente kazajo Nursultan Nazarbayev, como "respuesta directa al aumento de las tensiones religiosas y el extremismo tras los trágicos sucesos del 11 de septiembre en Estados Unidos", y también a raíz del encuentro de Asís de enero de 2002, convocado por Juan Pablo II, en el que las religiones participaron para comprometerse con la paz y contra el terrorismo. Esos años, explica a Pope Didar Temenov, director del Departamento de Cooperación Multilateral del Ministerio de Asuntos Exteriores de Kazajistán, fueron un momento importante, "para crear una oportunidad de que los líderes religiosos trabajen juntos para evitar que la religión se utilice para dividir a las personas, las comunidades y las naciones".
Promover el diálogo
"La misión del Congreso -continuó Temenov- es reforzar la armonía interconfesional e interétnica en todo el mundo, especialmente en estos tiempos de grandes desafíos. Ante un mundo que vive actualmente grandes pruebas y grandes dificultades, añade Temenov, "es muy importante que los líderes religiosos hagan su gran contribución a la promoción del diálogo entre las religiones y las naciones". Las religiones juegan un "papel muy importante en la vida de miles de millones de personas", aunque a veces "los desacuerdos políticos incluyen elementos religiosos". Por ello, promover el diálogo entre las diferentes religiones y los diferentes países es de suma importancia, y los líderes religiosos tienen tanto influencia como autoridad para ayudar a resolver los conflictos en todo el mundo. El papel del Congreso, añade Temenov, "es fortalecer la armonía interconfesional e interétnica en todo el mundo", y puede ayudar al mundo a avanzar hacia un mayor entendimiento y diálogo. Esta séptima edición será también la más concurrida. Al primer Congreso, hace unos veinte años, asistieron 17 delegaciones; este año habrá un centenar de participantes de 50 países. Y el invitado más esperado, subraya Temenov, "es el Papa Francisco, al que tenemos muchas ganas de recibir". Entre los participantes estarán el Gran Imán de Al Azhar, Ahmed Al Tayyeb, el Metropolitano Antonij de Volokolamsk, jefe del Departamento de Relaciones Exteriores del Patriarcado de Moscú, el Gran Rabino Ashkenazi de Israel, David Lau, el Gran Rabino Sefardí de Israel, Yitzhak Yosef, y el Patriarca Theophilos III de Jerusalén.
El papel de las religiones por la paz
Del Congreso debería salir un mensaje único de paz dirigido a un mundo en el que el fundamentalismo religioso va en aumento. En los últimos años, continúa Temenov, "ha habido muchas crisis, como conflictos, pandemias y desastres naturales", por lo que las religiones "tendrán que ser una piedra angular para las sociedades, para ayudar a superar los tiempos difíciles". De ahí la necesidad de que los líderes religiosos desempeñen un papel importante en el desarrollo espiritual y social y aborden los problemas actuales más acuciantes. El Congreso también contribuirá a un camino de entendimiento mutuo entre las civilizaciones orientales y occidentales. Al final del acto, los participantes firmarán una Declaración Final, que se leerá durante el último día de la visita de Francisco a Nur-Sultan.
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