Aumentan las íپ en los enfrentamientos entre á y Armenia
Alessandro Di Bussolo - Pope
Ya se ha derramado demasiada sangre en la reactivación de la tensión armada en la frontera entre Armenia y Azerbaiyán. El Ministerio de Defensa azerbaiyano estimó ayer que 50 soldados de su ejército y del servicio de fronteras murieron en los enfrentamientos con las fuerzas armenias. Por otro lado, Ereván habla de 49 bajas entre sus militares. Y se queja de que esta mañana hubo nuevas granadas de mortero en dirección a Jermuk y Verin Shorzha, cerca de la frontera.
Rusia, Francia y Kazajistán: respetar el alto el fuego
Tras este nuevo episodio del conflicto abierto en el 1988 entre Armenia y Azerbaiyán por la región fronteriza de Nagorno-Karabaj, el gobierno ruso, que siempre ha actuado como mediador, pidió un alto el fuego e instó a las partes a "evitar un mayor empeoramiento de la situación". El presidente francés Macron telefoneó ayer a su homólogo azerbaiyano Aliyev para pedirle que "vuelva a respetarse el alto el fuego con Armenia". El Jefe de Estado de Kazajistán, Tokayev, que recibe al Papa Francisco en su país, también pidió a Armenia y Azerbaiyán que abandonen el uso de la fuerza e inicien negociaciones. En una reunión extraordinaria del Consejo de Seguridad Colectiva de la OTSC convocada precisamente para debatir la situación fronteriza entre Armenia y Azerbaiyán, Tokayev subrayó la necesidad de resolver el conflicto "exclusivamente por medios políticos y diplomáticos".
El conflicto de Nagorno-Karabaj desde 1988
Los últimos enfrentamientos entre los ejércitos de Azerbaiyán y Armenia por la región de Nagorno-Karabaj, que se declaró independiente en 1991, se remontan a 2020, pero no ha habido paz entre ambos países desde 1988, cuando la región fronteriza, de mayoría armenia, decidió separarse de Bakú, entonces en la Unión Soviética. El primer conflicto duró seis semanas, causando miles de muertos en ambos bandos, hasta que se alcanzó un acuerdo de alto el fuego, gracias a la mediación de Moscú. Rusia envió entonces fuerzas de paz, que se instalaron en Nagorno-Karabaj durante cinco años.
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