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El Secretario de Estado estadounidense, Blinken, de visita en Kinshasa, con representantes de la sociedad civil -Congo El Secretario de Estado estadounidense, Blinken, de visita en Kinshasa, con representantes de la sociedad civil -Congo 

Estados Unidos pide fin de la violencia en República Democrática del Congo

Un sacerdote asesinado y dos parroquias atacadas. Este es el balance del último fin de semana en la República Democrática del Congo. La noticia confirma el clima de violencia generalizado, que también fue el centro de la visita del Secretario de Estado estadounidense Blinken a la región.

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Evitar más violencia, poner fin al conflicto y preservar la integridad territorial de la República Democrática del Congo: es el tema que centra el debate de estos días entre el Secretario de Estado estadounidense y los líderes de la región que visita y media, Kenia y Angola. La razón es el dramático aumento de la violencia en el este del país durante el último mes, probablemente debido al resurgimiento del grupo rebelde tutsi M23 con apoyo de Ruanda y a la acción de numerosos grupos de milicianos que se disputan el control de la región rica en minerales. Más de 40 personas fueron asesinadas el fin de semana en la provincia de Ituri por otros dos grupos rebeldes. El Secretario de Estado estadounidense declaró el martes que su país apoyaría todos los esfuerzos para ayudar a resolver la crisis en la nación centroafricana: "queremos -dijo desde Kinshasa- el fin de la violencia, pedimos al M23 y a todos los demás grupos armados que cesen sus acciones, depongan las armas y se reincorporen al proceso de negociación". 

En las mismas horas, los reflejos de este clima de violencia llegan desde la diócesis de Kikwit, en el suroeste del país africano, con dos parroquias atacadas y robadas por hombres armados y un sacerdote asesinado en la noche del 6 al 7 de agosto: recibió un disparo y su hospitalización en Kinshasa fue inútil. Se trata de las parroquias de San Mukasa y San Murumba, donde el padre Godefroid Pembele era párroco. Unos desconocidos, según los testigos, ataron a uno de los abades y se llevaron algunas de sus pertenencias. Luego fueron a la habitación del párroco y le dispararon con munición. En un breve comunicado necrológico emitido el domingo, el obispo de Kikwit, monseñor Thimothée Bodika, anunció la muerte de su sacerdote y encomendó su alma a las oraciones de los fieles. Los actos de vandalismo se suceden en el país desde 2021. Es el caso de las diócesis de Mbuji-Mayi, en la provincia de Kasai, y de Kabinda, capital de la provincia de Lomami. Lo mismo ocurre con las diócesis de Kisantu, en la provincia de Kongo-Centro, Idiofa, en las provincias de Kwilu y Kasai, así como con la archidiócesis de Kinshasa y la diócesis de Butembo-Beni, en la provincia de Kivu Norte.

 

 

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10 agosto 2022, 15:39